martes, 25 de febrero de 2014

Capítulo 90.

[NARRA APRIL]


Sin mucha seguridad, entré del todo para tener una mejor visibilidad. El cuarto era pequeño y estaba mucho más decorado que su habitación actual. Las sábanas eran del Rey León y solo de verlas me hizo sonreír.
- ¿Harry?
Nadie contestó. Abrí el armario para ver si, por alguna extraña casualidad, se había escondido allí dentro.
Tampoco estaba ahí.
- ¿Harry, estás aquí?
Me senté en la cama con la esperanza de que él saliera de algún escondite secreto.
Escondite. Eso es. Sin dudar, bajé decidida las escaleras y me dirigí al jardín de atrás. La noche era fría y sobre el césped había una manta ligera de escarcha. Me rodeé con los brazos mi cuerpo cuando empecé a tiritar.
Los recuerdos de la primera vez que estuve allí,  se apoderaron de mi mente. Lo feliz que era con Harry. Como me quería y la manera en que me miraba. La vida era mucha más fácil, entonces. Sin problemas ni complicaciones.
Me sujeté a las escaleras y subí hasta llegar a la pequeña entrada de la casa del árbol. Mis instintos no fallaron. Allí estaba él, sentado contra una de cuatro paredes de madera y haciendo volar un avión de juguete por aquel reducido espacio. Me senté a su lado sin decir una palabra pero me quedé observándole. Harry no me miraba, su mirada estaba concentrada en el aparato volador. Debajo de sus ojos rojos había unas pequeñas bolsas y supe que había estado llorando.

(NARRA HARRY)

Los brazos de April rodearon mi torso y apoyó su cabeza sobre mi brazo. El avión calló en picado, chocando contra el suelo. Dejé a un lado el mando de control y me quedé quieto, disfrutando de sus brazos reconfortantes alrededor mío. Tenía miedo a abrazarla y que se alejará pero por otro lado, me moría de ganas por acercarla más a mi y atraparla fuerte entre mis brazos.
- ¿Quieres hablar?- Susurró April.
Después de unos segundos sin responder, ella levantó su cabeza de mi brazo para poder mirarme a los ojos con expresión preocupada.
- ¿Por qué te molesta que Robin diga que el bungalow es suyo? Creí que era así.- Se atrevió a decir ella volviéndose a acomodar en mi bíceps.
- No quiero hablar de eso.
- Está bien.- Respondió April sin querer forzarme a hablar o a que me desahogara.
Nos quedamos durante una cuantos minutos callados hasta que di un gran suspiro.
- Cuando mis padres se casaron, mi padre le había regalado a mi madre ese bungalow. Era como su sitio secreto.
- Pero tú mismo lo dijiste, tu padre se lo regaló a Anne. Es de ella y puede hacer lo que quiera con ese lugar, incluyendo dárselo a la persona que desee.
- Si vienes a defender a mi madre, ya puedes ir volviendo con el resto. De esa parte ya se encargó mi hermana.- Dije duro.
Noté como la respiración de April se paraba durante un segundo.
- Lo siento.
- No, tienes razón.- Admitió ella, colocándose en frente de mi. - No debería estar metiéndome en estos asuntos. Son cosas tuyas y de tu familia, no debería opinar sobre algo así.


[NARRA APRIL]

- No es eso, April. Yo...-Harry se quedó callado y miró hacia abajo.- Yo ya no sé que hacer o como comportarme.- Cuando sus ojos volvieron a posarse sobre los míos, estaban llenos de preocupación y vulnerabilidad.
No sabía muy bien que debía hacer. No sabía si esa era su forma de decirme que le ayudara, que le dijera mi opinión o simplemente era solo un comentario que quiso hacerme. Aún así aproveché para intentar cumplir la promesa que hacia pocos minutos le había prometido a su madre.
- ¿Qui-quieres que vaya contigo a la boda de tu madre?- Una vez formulé la pregunta en voz alta y vi su rostro, sabía que había ido más allá.- Olvídate de eso.- Dije rompiendo la conexión de nuestras miradas.
- ¿Qué? - Harry habló demasiado bajo.- ¿Qué quieres decir con eso de que vendrías conmigo?
- Era una estupidez.
- Dímelo.- Exigió él.
- Yo solo había pensando, que quizás, si yo te acompañaba harías un esfuerzo para ir.
- ¿Y qué te hace pensar eso?- Respondió borde.- Además, ¿por qué querrías tú venir a la boda de mi madre?
- No es que quiera ir, Harry.- Dije un poco frustrada porque él no había captado lo que yo había querido decir.- Solo fue una idea que se me pasó por la cabeza. Creí que yendo yo, tú estarías más cómodo. Pero en realidad no sé en que estaba pensando.- Él pasó sus manos por el pelo.- Lo siento, no debí ni haberlo planteado en voz alta.
- No es eso.- Contestó en susurro.
- ¿Qué es?
- ¿Harías eso por mí?
- Claro que haría eso por tí.- Su mirada llena de intensidad me cortó la respiración durante unos segundos.- Si eso asegura que irás, yo iría contigo y así Anne podrá tener a sus dos hijos en un día tan importante como ese.- Añadí para quitarle importancia al asunto.
- No lo entiendo.- Harry dejó caer la cabeza hasta que sonó contra la madera de la pared.- Siempre estoy estropeándolo todo y tú quieres acompañarme para que mi madre sea feliz. No tienes que hacer eso. No es tu obligación hacer feliz a mi familia. No es tu obligación arreglar las cosas. No es tu obligación arreglarme a mí.
 Él se levantó y bajó por las escaleras hasta llegar al jardín. Fui detrás de él para poder terminar la conversación que habíamos empezado.
- Si voy contigo, ¿irás? - Pregunté directa.
Harry estaba de espaldas a mí. Sus pies pararon en seco cuando le hablé y soltó el manillar de la puerta que llevaba al interior de la casa.
- Sí, pero...
- Pero nada.- Le interrumpí acercándome a él.- No hay más que hablar. Iremos juntos.
Harry dio un paso más hacia delante. Ahora nuestros rostros estaban más cerca de lo debido.
- Además eso es lo que hacen los amigos, ¿no? - Dije sin casi poder hablar debido a los próximo que estaba él de mi.
- Mm-mm...- Respondió sin más. Sus ojos estaban clavados en los míos. Harry acarició mi mejilla fría con su mano. Yo cerré los ojos ante el contacto.- Gracias.- Susurró en mi oído.
Yo iba a responder pero no pude. Mi boca estaba tan seca que no era capaz de pronunciar ni una sola palabra. ¿Cómo era posible que después de tanto tiempo conociéndole, pudiera seguir provocándome este hormigueo en el estómago?.
Noté el aliento caliente de Harry sobre mi boca. Sabía que debía parar esa situación. Sabía que no tenía que dejar que pasara. Pero no era momento de ponerme a razonar, sino, de dejarme llevar. Su pulgar seguía acariciando mi mejilla, mientras mi corazón latía con fuerza por la agonía de esperar a que sus labios tocaran los míos de una vez por todas. Harry fue terminando lentamente con la poca distancia que quedaba, rozando levemente sus labios con los míos cuando fuimos interrumpidos por el ruído de la puerta, que provocó que rápidamente nos echáramos los dos hacia atrás.
- April, alguien ha venido a verte.- Dijo Anne.- Lo siento, ¿he interrumpido algo? - Preguntó inocente.
- No.- Dijimos Harry y yo al mismo tiempo.
Yo seguí a Anne hasta la entrada. ¿Quién podría querer verme a mi?. Por un instante se me ocurrió que podrían ser mis padres pero descarté pronto la idea al pensar que ellos no habían vuelto a saber nada de mi y que sería mucha coincidencia que vinieran aquí para comprobar si estoy. Mi corazón se aceleró un poco con esa idea. Sé que serían capaces de venir y llevarme a casa. Todas esas dudas desaparecieron cuando vi quien se encontraba tras la puerta. Jamás me hubiera imaginado que sería él la persona que viniera a visitarme, aquí.
- ¡Hola, preciosa! - Me saludó dándome un gran abrazo.
- ¿Qué haces aquí? - Pregunté sin saber muy bien como reaccionar y mirando hacia la puerta de la casa preocupada por Harry.
- Te echaba de menos y justo tenía que venir por aquí y pensé, ¿por qué no darle una pequeña sorpresa?- Dijo muy sonriente.
- Me alegra verte.- Dije sin estar muy segura de ello.
- ¿Qué tal va tu fin de semana? - Preguntó frotándome los brazos para que entrara en calor.
- Bien, la familia de Harry siempre me ha tratado muy bien.

Ryan y yo estuvimos como una hora hablando hasta que decidí levantarme y entrar de una vez.
- Gracias por venir a verme.- Le di un beso en la mejilla.
- Sabes que me encanta verte y estar contigo.- Respondió acercándose a mi. Me di cuenta de sus intenciones cuando me cogió por la cintura e intentó pegar su boca contra la mía.
- Ryan...- Intenté separarme.- No creo que sea el momento ni el lugar...
- Tienes razón.- Dijo comprensivo.
Yo me di media vuelta para irme y elevé la vista para encontrar la silueta de Harry en una de las ventanas.

[NARRA HARRY]

Escuché como April se despedía de mi familia y subía lentamente por las escaleras. Tocó la puerta cuando estuvo delante de mi habitación.
- Puedes entrar.
Ella pasó sin decir nada.
- Yo dormiré ahí.- Dije señalando la especie de colchón que había fabricado con algunas almohadas. Tú puedes dormir en mi cama.
-  No hace falta que me dejes tu cama, puedo dormir en el sillón de abajo.
- Bueno si quieres amanecer mañana con un dolor de cuello increíble, puedes dormir abajo.- April sonrió y me dio las gracias antes de meterse dentro de la cama.
 Ninguno de los dos hizo ningún comentario. Ni siquiera me dijo nada sobre como espié su "momento" con Ryan, y estoy completamente seguro de que me vio por la ventana.
No puedo creer que ese gilipollas se haya atrevido a venir aquí. Al menos April se apartó cuando él intentó besarla. Aunque el hecho de que intentara dárselo en la puta entrada de mi casa es caer muy bajo, incluso para él. Tampoco entiendo porque no podemos dormir ella y yo en la misma cama. En mi piso lo hacemos pero supuse que dejarle la cama para ella sola era lo indicado. Imaginaba que su cabeza estaría hecha un lío. Pasar todo el día conmigo y mi familia, y que luego aparezca ese para confundirla más.
- Has cambiado las sábanas.- Interrumpió April mis pensamientos.
- ¿Qué?
- Las has cambiado.- Dijo mirando las sábanas del Rey León que había dejado hecho un bollo en uno de los rincones de la habitación.
- ¿Y?- Pregunté sin más.
- Me gustaban.
Una pequeña sonrisa apareció en mis labios con su respuesta.
- Levántate.
- ¿Qué? - Preguntó ella confundida.
- ¡Venga, levanta! - Dije yo levantándome también del suelo y recogiendo las sábanas.
- ¿Qué haces? - Dijo April una vez estuvo de pie.
- Volver a poner estas sábanas. - Intenté evitar la sonrisa.
- ¿Eres tonto? - Rió April.- No hace falta que hagas eso.
- ¿Vas a quejarte o me vas a ayudar a hacer la cama? - Bromeé yo.
Ella se echó a reír cuando cogió de las puntas de las nuevas sábanas y las estiró sobre la cama. Yo no solté las esquinas y volví a hacer lo mismo, provocando que se formara un globo de aire con las sábanas. A April parecía divertirle.
- A la de tres nos metemos debajo.- Dijo ella entusiasmada.
- ¡No!
- ¿Por qué no?¡No seas aburrido! - Rió ella.
- No voy a meterme debajo de las sábanas como si fuera un niño pequeño.
- ¡Venga, porfa! - April puso voz de niña.
No pude evitar echarme a reír he hice lo que pidió. A la cuenta de tres los dos elevamos las sábanas y nos metimos debajo de ellas, riendo, y esperando a que cayeran lentamente sobre nosotros con una leve brisa.
Me quedé observando como su risa invadía toda la habitación. Su mano estaba sobre el estómago y sus ojos cerrados de la risa que le provocaba. Creo que cualquier persona que me viera ahora mismo, pensaría en que soy el típico enamorado con sonrisa de gilipollas al ver a su chica. Lástima que April ya no sea  mi chica.
Los dos nos miramos el uno al otro pero fue ella quien acabó con el silencio.
- Harry... sobre lo que pasó en el jardín...
- ¿Qué pasó? - Me hice el loco.- No pasó nada.
- Harry, en serio.
- Yo también hablo en serio, April. No pasó nada.- Repetí levantándome de la cama y bajando al suelo.
Me hubiera gustado hablar sobre ello. Mejor dicho, me hubiera gustado poder darle aquel beso sin ninguna interrupción de nadie pero quizás es como debe ser. Además, no creía que hablar de "lo que no pasó" fuera a servir de algo.




¡HE VUELTO! Siento mucho haber tardado dos meses en volver a escribir un capítulo pero durante estos meses me han pasado muchas cosas con las que tuve que lidiar sola(algunas muy buenas, otras no tanto) y eso me quitó todo el tiempo que tenía para poder sentarme a escribir. Echaba de menos esto. Echaba de menos escribir. Os echaba de menos a vosotras. Nunca me cansaré de dar las gracias por apoyarme y leer mi novela. Quiero que sepáis que aunque a veces tarde en escribir, yo siempre volveré y subiré un nuevo capítulo, ya que soy de esas personas que piensan que si vas a comenzar algo es para terminarlo y hacerlo bien. También anuncio que a esta novela no le queda mucho, a partir de ahora van a ir resolviéndose algunas de las situación que quedaron abiertas y poco a poco irán apareciendo los demás chicos de nuevo. Ya tengo el final pensado y estoy deseando escribir más y más para que sepáis como acaba. Una vez que acabe ésta, veré el resultado y vuestras opiniones y dependiendo de todo eso decidiré si comenzar a escribir una nueva y compartirla con vosotras. Lots of love.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Capítulo 89.

[NARRA APRIL]

Después de ducharme a la mañana siguiente, preparé mis cosas para ir a clase y  salí de la habitación de Harry. Por muy raro que parezca, no le había visto en toda la mañana pero en cuanto llegué a la cocina ahí estaban él y Ben, charlando tranquilamente.
- Hola.- Saludé  sin mirar directamente a Harry.
Me preparé un té y cuando terminé de desayunar me dispuse a salir del apartamento para pedir un taxi. Harry me siguió y me agarró del brazo.
- ¿A dónde vas?
- A clase.- Dije sin más.
- Llegarás tarde si vas andando.- Dijo sin ningún tipo de expresión
- No iba a ir andando. He pedido un taxi.
- No vas a ir en taxi.- Sus ojos verdes se clavaron en los míos.
Yo le miré para discutirle eso también pero cuando le miré a los ojos vi que no se trataba de la pelea de anoche, sino del accidente que había tenido.
Harry se aclaró la garganta y cogió las llaves de su coche
- Vamos juntos.
La música estaba muy alta como para mantener una conversación con él y en aquel momento lo agradecí, no tenía ganas de discutir ya desde mañana con él. Pero al parecer Harry no pensaba lo mismo, y bajó el volumen de la radio.
- ¿Puedo pedirte algo? - Dijo llamando mi atención.
- ¿Qué quieres? - Pregunté mirando por la ventana.
Harry se quedó callado varios minutos hasta que por fin se atrevió a hablar.
- Ayer me llamó mi madre. Me ha dicho que fuera a cenar a casa el sábado y va a estar Robin.
Giré mi cabeza para poder ver su expresión. Las manos alrededor del volante estaban tensas. Harry frenó en frente de mi universidad.
- ¿Podrías acompañarme? - Me sorprendió que me pidiera eso, sobretodo después de lo de ayer. Estuve a punto de negarme, de decirle que no pero me miró con ojos suplicantes.- Por favor.
- ¿Este sábado?
Harry asintió con la cabeza. No sé si sería buena idea que fuera pero no podía negarme, no cuando él me miraba de esa manera.
- Está bien.
Harry  sonrió un poco y me dio un beso en la mejilla.
- Te recojo cuando salgas.- Dijo cuando cerré la puerta del coche.
Esto había sido extraño. Sus cambios de humor me estaba volviendo loca.



El miércoles por la tarde había decidido quedar con Ryan. Esta vez vino a recogerme al apartamento de Harry.
Fue una cita mucho mejor que la primera. A los dos se nos notaba más cómodos y no había tanta tensión como en la primera. Incluso Ryan se atrevió a bromear en como se me había notado lo incómoda que estaba con aquel vestido rojo.
- Fue idea de Lizzy.- Reí yo defendiéndome.
- Muy buen idea.- Dijo un poco más serio.- Aunque  los pantalones vaqueros también te sientan muy bien.
En el camino de vuelta estuvimos hablando de cuando podríamos volver a vernos. Ryan aparcó el coche y una vez más me acompañó a la puerta.
- ¿No hay manera de que te vea el sábado?
- Lo siento...- Dije haciendo una mueca.- Es importante para Harry que le acompañe.
- ¿Te puedo hacer una pregunta?- Dijo inseguro.
- Claro.
- ¿Sigues sintiendo algo por él?
No me esperaba esa pregunta pero respondí rápido y sin pensar.
- No.
Una parte de mi, una gran parte, sabía que le estaba mintiendo pero si le decía que aún tenía sentimientos hacia Harry, no avanzaría nunca y no sería capaz de olvidarle. Además desde el domingo no había vuelto a tener ninguna discusión con él, todo fue muy normal e incluso el martes después de clase vimos juntos la película que el profesor de filmografía nos había dicho. Nuestra amistad avanzaba poco a poco y eso me permitía avanzar con Ryan. Al menos el tiempo que estaba con él no lo pasaba pensando en Harry o peor, estando con él.
- Mejor.- Dijo con una media sonrisa.
Nos despedimos y yo subí hasta el ático. Al fin tenía mis propias llaves y no tenía que molestar a nadie para poder entrar.
Harry estaba esperando en el sillón, con sus piernas estiradas viendo la televisión. Le sonreí al entrar y él se levantó y me siguió hasta la cocina con sus pies descalzos.
- ¿Qué tal la cita?
- Bien. ¿Qué has hecho tú?
- Nada.- Dijo encogiéndose de hombros.- ¿Te ha besado?
- ¿Otra vez con eso? - Pregunté con voz cansada.
- ¿Eso es un sí? - Vi como su mandíbula se tensaba.
- ¿Me vas a preguntar eso siempre que salga por ahí con Ryan?
- Contéstame.- Dijo mirándome fijamente.
- No, no me ha besado.- Respondí intentando quitarle de mi camino y yendo hacia la habitación para ponerme el pijama.
Como me esperaba, Harry me siguió hasta la habitación y se quedó apoyado con los brazos cruzados en la puerta mientras yo me desvestía.
- ¿Puedes dejarme una camiseta tuya? Tengo mis dos pijamas para lavar.
- No.- Levanté la vista para verle la cara. Su expresión era seria y no dudo en decirme que no.
- Está bien.- Dije sorprendida por su actitud. ¿Desde cuando es un problema para él poder dejarme una camiseta para dormir?


[NARRA HARRY]


Los ojos de April se abrieron en asombro cuando me negué a dejarle mi ropa para dormir. Simplemente no podía. No quiero que se ponga mi ropa cuando estuvo con otro. Ella es mía. Y me encanta dejarle mi ropa. Pero no así.
- ¿Quieres besarle?
- ¿Qué?
- ¿Quieres besarle, si o no?
¿Tanto le cuesta entender mis putas preguntas? No sé que tienen de complicado. Es simple.
- N-no, no lo sé. -  Contuve la respiración para no romper nada.- Aún es pronto y yo sigo teniendo senti...- Ella se quedó callada y me miró.-  No voy a forzar nada con Ryan.
Mi mente solo procesaba el hecho de que ella y él podían llegar a besarse y yo necesitaba saber si April se lo iba a permitir.
- ¿Vas a dejar que te bese? - Me costó pronunciar esa preguntar. Mis dientes estaban apretados y mis manos se cerraron en un puño.
-  ¡No lo sé, Harry! ¡No sé lo que va a pasar! - April habló frustada.
No puede dejar que la bese. Yo no podría soportar saberlo y mataré a Ryan si toca lo que es mío tan sólo una vez. Me gustaría tanto poder decirle todo esto, pero no puedo. No puedo hacerle eso. April aceptó acompañarme a  la cena en Holmes Chapel y no puso ninguna pega ni excusa. Y yo realmente la necesito ahí. No puedo tener ahora una discusión con ella y que se niegue a acompañarme. La necesito de verdad. Y además sé que si él intenta algo, ella le parara.

No volví a hablar del tema de Ryan con April durante el resto de semana. Y fue de gran ayuda el hecho de que ellos dos no volviera a quedar. El sábado había llegado y April y yo ya estábamos en mi coche de camino a lo que sería una de las peores cenas de mi vida.


[NARRA APRIL]

En el trayecto a Holmes Chapel me puse más nerviosa de lo que esperaba. Cuantos más kilómetros recorríamos, más me arrepentía de haber accedido. Era una estúpida idea. Ni siquiera estábamos juntos y no creía que el rencuentro con su familia fuera en el momento indicado. Una vez que estuve delante de la puerta de la casa de la madre de Harry, me di cuenta de que ya no había vuelta atrás.
- No estés nerviosa.- Susurró Harry sabiendo exactamente como me sentía. Yo le miré intentando darle una gran sonrisa pero fallando estrepitosamente.- Sólo es una cena, yo estaré contigo.- Dijo pellizcándome suavemente la pierna, lo que me hizo estremecer.
Anne no tardó en abrir la puerta y su cara de asombró y alegría al verme me confundió.
- ¡April, qué alegría volver a verte! - Dijo abrazándome fuerte.
- Me alegra verte bien, Anne.- Dije un poco tímida.
- Harry no me había dicho nada de que vendrías.
Yo sonreí sin saber bien que decir y me giré para fulminarle con la mirada. Harry se encogió de hombros y me sonrió. Ambos entramos dentro. Harry siempre detrás de mi. Me sorprendió lo frío que fue con su madre cuando la saludó. Simplemente le dio un beso en la mejilla y yo pude notar la tristeza en los ojos de ella.
- Voy a quitar la comida del horno.- Dijo Anne.
- ¿No le has dicho que iba a venir? - Le pregunté a Harry en el oído.
- No  pasa nada. Habrá comida de sobra.- Respondió quitándole importancia.
Harry puso su mano en la parte baja de mi espalda y me guío hasta el salón-comedor. Me alegro mucho ver a Gemma.
- ¡April! - Ella se acercó a mi y me abrazó.- Me alegra volver a verte.
- A mi también.- Le sonreí.
En la cabecera de la mesa estaba sentado Robin. Se levantó educadamente y vino a saludarme pero Harry no le dejó acercarse a mí y dio un paso adelante para dejarme detrás de él.
- Robin.- Dijo Harry a modo de saludo aunque sonaba más como una advertencia.
Anne interrumpió ese momento incómodo y trajo la cena. Harry tenía razón. Había hecho muchísima comida. Había tres bandejas con carne, patatas y ensalada.
Robin volvió a sentarse en la cabecera. Anne a su lado y Gemma al lado de su madre. Yo me senté al otro lado de Robin, frente a Anne y Harry a mi lado, frente a su hermana.
- ¡Estoy tan contenta de tenerte aquí, de vuelta con nosotros!- La madre de Harry no podía ocultar su sonrisa. - ¿Qué tal te está yendo? ¿ Qué estás estudiando? ¿Dónde estás viviendo?
- Tranquila, mamá.- Rió Gemma cuando su madre me bombardeó a preguntas.
- Estoy en la universidad de Londres, estudiando diseño de interiores y recursos humanos.
- Wow, ¿dos carreras a la vez? - Preguntó Robin, impresionado.
Yo asentí con la cabeza.
- ¿Y tus padres? ¿Cómo están? - Pregunto Anne.- Deben estar super preocupados teniendo a su pequeña lejos de casa.- Dijo ella mirando a Harry manteniendo su sonrisa, pero ahora llena de melancolía.
Yo me tensé ante su pregunta sin saber que contestar. La relación con mis padres no estaba en mi mejor momento y lo que menos quería era hablar de ellos. Miré hacia el plato pensando rápidamente algo bueno que decir sobre como mis padres llevan el hecho de que ya no viva en casa.
- Están bien.- Intenté sonreír.- Ya sabían que acabaría yéndome y están contentos de que pueda estudiar lo que quiera. Mis padres siempre se preocuparon por mi educación y la de mi hermana.
- La vida universitaria es la mejor etapa.- Habló Gemma.- Sobre todo si vives en tu propio apartamento.
- ¿Dónde vives, April? - Preguntó Robin para estar dentro de la convesación.
Harry llevaba toda la cena callado y tampoco se le veía con intención de hablar. Lo único que se escuchaba eran sus cubiertos.
- Vivo en un apartamento.- Respondí mirando con el rabillo del ojo a Harry, sin querer desvelar nada y con la esperanza de que él hablara y me ayudara un poco con este tema.
- Londres es una ciudad cara, espero que estés comiendo bien. Imagino que tu madre estará muy pendiente de eso.- Rió Anne.- ¡ Seguro que te visita todos los fines de semana!
Me volví a tensar ante su comentario inofensivo. Solo de recordar que la única vez que mi madre vino a visitarme fue porque creía que seguía estando con Harry, me volvía la furia dentro de mí.
Me froté las piernas con mis manos, nerviosa. Sabía que Anne y Robin estaban intentando hacer una cena llevadera pero eso no evitaba que yo me sintiera mal al recordar la pelea con mis padres y en parte, un poco culpable. Harry notó mi nerviosismo y disimuladamente cogió mi mano derecha y la apretó. Intenté no mirarle para que su familia no se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo debajo de la mesa pero cuando acarició con sus dedos mis nudillos no me contuve y le miré. Sus ojos al fin se levantaron del plato y me miraron con una mirada verde, intensa, reconfortándome.
Durante el postre Harry y yo seguimos con nuestras manos entrelazadas. Fue un poco raro comer el flan de café que Gemma había preparada con la mano izquierda, pero intenté que pareciera lo más natural posible.
- Me alegra ver que seguís juntos.- Dijo Robin intentando quedar bien y con una gran sonrisa. Anne le miró con ojos grandes intentando advertirle que no siguiera hablando. Harry me soltó la mano de repente y se recostó sobre la silla soltando un gran suspiro de frustración. Noté que estaba intentando controlarse para no contestar a Robin. Pero el futuro marido de Anne pareció no darse cuenta de la tensión que se había creado en la mesa y volvió a hablar.- ¿Hace cuánto que estáis juntos? Recuerdo la primera vez que te vi, April. Fue solo un instante mientras yo le dejaba las llaves de mi bungalow a Harry, pero ya desde entonces supe que vosotros dos acabaríais juntos.- Robin volvió a sonreír inocente.
- ¿Las llaves de TU bungalow?- Dijo Harry levantando la voz. Yo me alarmé por su tono amenazante y Anne y Gemma miraron a Harry suplicando con la mirada que no siguiera adelante.-¿TU bungalow?¿En serio, Robin?
- Harry, por favor...- Le pidió su madre.- Sabes que fue un regalo.
- Sí, un regalo de mi padre.- Dijo él mirando fijamente a su madre.
- ¡Oh, venga ya! No seas inmaduro.- Le respondió Gemma manteniendo su tono de voz tranquilo.
Harry soltó un bufido exagerado. Yo le miré pero el estaba demasiado concentrado en saber a quien responder, si a su madre, a su hermana, o a su padrastro. Harry se levantó y cogió mi plató y el suyo y salió del salón-comedor sin decir una palabra.
- Lo siento, cielo.- Se disculpó Robin a Anne.
- No es tu culpa, ya sabes como se pone.
- Solo es una rabieta, se le pasará.- Dijo Gemma para relajar el ambiente y sonriéndome para que estuviera tranquila.
Ayudé a Anne a recoger los demás platos que quedaban y llevarlos a la cocina. No había rastro de Harry por ahí.
- No tienes porque ayudarme, cariño.- Dijo amablemente Anne cuando cogí el paño para secar los platos que ella estaba enjuagando.
- No pasa nada.- Le sonreí.
- Siento mucho lo ocurrido ahí dentro. Imagino que Harry ya te habrá contado que Robin y yo nos vamos a casar y bueno, él no se lo ha tomado como todos esperábamos.
- Felicidades por tu compromiso, Anne. No quise darte la enhorabuena antes por...-
- Porque estaba mi hijo delante, lo sé.- Me interrumpió ella.- Es una pena que no sigáis juntos...
- No sabía que te lo había contando.- Dije un poco sorprendida, intentando concentrarme en secar los platos que me pasaba.
- No hay que ser muy tonta para darse cuenta. Además, cuando se fue de Stafford sin avisar imaginé que la razón serías tú.
- ¿Se fue a vivir a Londres sin decirte nada?- Pregunté intentando mantener mi tono de voz normal.
- Me llamó cuando ya estaba instalado allí y por su tono de voz supe que había sido por problemas del corazón.- En aquel momento me imaginé a Harry, llamando a su madre desde su apartamento sólo, con la voz llena de dolor por culpa de que mis padres le obligaran a dejarme.- Pero es evidente de que sigue sintiendo algo por ti.
- ¿Qué? No.- Dije con prisa y alterada.- Quiero decir, él no siente nada por mi. Sólo somos amigos.- Respondí intentando relajar mi voz.
- Nunca antes había visto a un amigo mirar a una amiga de la manera en la que Harry te miró en la mesa.Y lo mismo te digo a ti.- Anne sonrió. Noté como en mis mejillas aumentaba el calor.- Oh...no te avergüences, cielo.
- Las cosas ahora son un poco diferentes, supongo- Le confesé a la madre de Harry. Estuve a punto de volver a admitir en voz alta que aún seguía sintiendo algo por él pero si realmente estaba intentando olvidarle, incluso quedando con Ryan para quitarme a Harry de la cabeza, decirlo en voz alta no iba a ayudarme en absoluto.
- Eso fue lo que pensé.- Habló Anne mirándome fijamente.- Tienes que ser paciente con él. Sé que Harry te dejó y se fue a Londres sin decirte nada, y no me imagino lo difícil que habrá sido para ti seguir adelante sin saber nada de él. Pero la manera en la que él actúa cuando estás tú, la manera en la que te mira...Es fácil culparle por lo que hizo, y Harry volverá a cometer muchos errores pero sé que te quiere y que haría cualquier cosa por ti. Eres la única chica o mejor dicho, mujer, a la que amó de verdad. Recuerdo la primera vez que tú viniste aquí y la manera en la que Harry sonreía, o todas las veces que nos hablaba de ti y notaba al través del teléfono como no podía ocultar una sonrisa. Él tampoco lo ha pasado bien, April. Me sorprendió que te trajera aquí de vuelta, después de todo, pero me hace muy feliz, que hayas venido y que el destino os haya vuelto a juntar. Y aún sabiendo que no estáis juntos, tengo que agradecerte que sigas a su lado después de todo.
Me acerqué a Anne y le di un abrazo. Me había dejado sin palabras y los ojos se me habían llenado de lágrimas. Era tan buena mujer, tan buena persona y tan buena madre.
- Anda sube y vete a ver como está Harry.- Dijo limpiándose las pequeñas gotas que le caían de los ojos.
- Intentaré hacer todo lo posible para que Harry vaya a tu boda, Anne.- Le prometí.

Fui escaleras arriba sin recordar muy bien hacia donde debía dirigirme cuando llegué a la cima. Las palabras de Anne habían sido lo que necesitaba que mi madre me dijera. "Sé que él te dejó y se fue a Londres sin decirte nada, y no imagino lo difícil que habrá sido para ti seguir adelante sin saber nada de él" las palabras se repetían en mi cabeza. Y comprendí que Harry se había echado la culpa. Se había echado la culpa frente a su madre para no culpar a mis padres, para no dejarles mal a ellos. Mi corazón latía con fuerza y los ojos se me volvieron a llenar de lágrimas. ¿Por qué haría algo así? " Harry volverá a cometer muchos errores pero sé que te quiere y que haría cualquier cosa por ti". Ojalá Anne tenga razón.
Oí unos gritos desde unas de las habitación lo que provocó que me detuviera.
- ¿SE PUEDE SABER CUAL ES TU PROBLEMA?
- ¡Déjame solo!
- SIEMPRE HAS DADO TODO POR MAMÁ Y AHORA SOLO ESTÁS ESTROPEANDO LO QUE A ELLA LE HACE FELIZ Y YO TE JURO HARRY QUE NO VOY A PERMITIR QUE ESTROPEES SU BODA.
- ¡NO VOLVERÉ A DECIRTELO, DÉJAME SOLO!- Ahora la voz de Harry fue mucho más fuerte.
La puerta se abrió de repente y Gemma salió con la cara seria y enfadada. Nunca antes la había visto así.
 Cuando su mirada se encontró con la mía me dedicó una sonrisa.
- Siento que hayas tenido que oír eso.- Se disculpó.
- Deberías oír las discusiones que teníamos mi hermana y yo cuando vivíamos en la misma casa.
Gemma se echó a reir.
- Espero que tengas más suerte que yo.- Me animó bajando por las escaleras.
Me acerqué lentamente hacia la puerta de la habitación dudando en si debería entrar o no. Sabía que Harry no estaba bien y no quería que estuviera sólo es este momento. Decidí entrar. Registré la pequeña habitación rápidamente con mis ojos en busca de alguna muestra de su presencia pero él ya no estaba en la habitación.



MUCHAS GRACIAS A MIS LECTORAS POR LEER y por desearme suerte, lo agradezco de verdad. Y especialmente gracias a Marii, Elisabetth y Juli por siempre comentar. Esta semana ha sido un no parar para mi y ver vuestros comentarios me ha hecho muy feliz, además eran largos! MUCHAS GRACIAS CHICAS <3


sábado, 7 de diciembre de 2013

Capítulo 88.

[NARRA APRIL]

Harry se pasó todo el día sin salir de su habitación. Las tres o cuatro veces que entré para coger mis libros de la universidad o mi libro de lectura, él no dijo ni una palabra. Ni siquiera levantó la vista de lo que estaba leyendo.
Ben en cambió había pasado todo el día en el salón. Supuse que sería por educación y no dejarme sola.
- Voy a prepararme un café, ¿quieres uno?- Me preguntó él educadamente.
- No, gracias.- Respondí dejando de prestar atención a mi cálculos para la maqueta que debía hacer.- ¿A qué te dedicas Ben?
Él se giró sonriente.
- Soy director y productor de cine.- Dijo acercándose y sentándose en unos de los sillones blancos, con la taza de café en la mano.
- ¿Y cómo conociste a Harry?
Ben volvió a sonreír.
- Pues verás.- Tomó un sorbo de café.- Yo fui a la universidad a dar una charla sobre mi trabajo para aquellas personas que todavía estaban indecisas sobre que querían hacer en su vida. Ese día había muchas conferencias y me sorprendió ver a tanta gente interesado en este oficio. En cuanto entré en la sala que me indicaron me dirigí a todos en general, sin prestar atención a ninguna persona en especial. Hasta que él empezó a quejarse sobre las cosas que yo decía.  Al principio me crispó su comportamiento pero  a medida que continuaba con mi discurso preparado, él comenzó a decir su opinión y todo lo que sabía sobre lo que yo hablaba. Y me sorprendió gratamente la cantidad de información que salía de su boca. Al terminar la conferencia, él salió de allí con su expresión de desinterés pero yo le seguí y le di mi número con la esperanza de que eligiera esa carrera y de que si necesitaba algo que no dudara en llamarme. Y una semana más tarde habíamos quedado en un bar para hablar más en profundidad sobre todo lo que conllevaba estudiar mi carrera.
- ¿Y tú no sabías que era Harry el integrante de One Direction? - Pregunté sorprendida.
- Al principio su cara solo me resultaba familiar, pero cuando quedé con él caí en la cuenta de quien era pero hice como si nada porque al fin y al cabo sigue siendo un persona como tú o como yo.
Yo sonreí ante sus palabras.
- ¿Y tú? ¿Estás contenta con la carrera que has elegido?
- Sí.- Respondí.- De hecho estoy muy contenta con el trabajo que me pusieron.
- ¿De qué se trata? - Preguntó interesado.
- Para diseño de interiores tengo que hacer una maqueta de un lugar que me traiga recuerdos, y que ya conozca. Y para final de curso debo hacer otra pero de un lugar que nunca haya visto, en el que nunca haya estado.
- ¡Vaya! - Dijo Ben impresionado.- Hay que tener mucha imaginación para eso último. ¿Tienes claro que vas a hacer?
- Sí.- Dije sin querer desvelar mi trabajo.- Y bueno para recursos humanos todo es mucho más teórico. Tengo una asignatura que es filmografía y es bastante interesante. Es en la clase en la que más puedo expresar lo que pienso y plasmarlo en un papel.
- ¿Os mandan hacer trabajo acerca de películas y decir vuestra opinión personal , verdad?
- Sí.
- Recuerdo esa asignatura, era una de mis favoritas. Aunque no sé que tiene que ver con lo que  tu estudias.
- Ni yo.- Reí.- Estuve a punto de quitarme pero no sé, me acabó gustando y además es la única clase en la que coincido con Har...- Me quedé callada cuando me di cuenta de lo que estaba a punto de decir en voz alta.
Ben me sonrió sabiendo perfectamente lo que hubiese dicho si hubiera continuado la frase. Yo bajé la mirada para evitarle y me levanté del sillón.
- Debería ir a prepararme.- Dije mirando el reloj. Ya eran las cinco y media.
- Suerte con tu cita.

A las seis yo ya estaba lista para que Harry me llevara a mi anterior apartamento. Entré en la habitación nerviosa. Esta vez me miró.
- ¿Quieres que te lleve?- Dijo serio
- Si no quieres, tomaré un taxi, no pasa nada.
- No.- Se puso rápidamente las botas, cogió las llaves del coche y salió por la puerta.
Yo le seguí sin decir ninguna palabra. La primera vez que me miró en todo el camino fue cuando paró el coche en frente del apartamento.
- Si necesitas cualquier cosa, lo que sea. Llámame.- Me dijo con sus ojos fijos en los míos.
Yo asentí con la cabeza.
- Hablo en serio, April. Ten cuidado.- Habló mucho más serio que antes.
- Gracias por traerme, Harry.- Le di un beso en la mejilla y bajé del coche.

- ¿Ryan, eh? - Dijo Lizzy entre risas cuando entré en el apartamento.
- Cállate.- Reí.
No me acordaba que Ana y a Kara vivían allí ahora. Ambas me saludaron, y volvieron sus vistas a la fotografía que tenía delante.
- ¿Sabes ya qué te vas a poner?
- Pensé en este vestido.- Quité del armario un vestido de flores, sencillo.
- No, venga. Ahora en serio.- Dijo Lizzy.
- ¿Qué?  Va en serio, pensé ponerme esto.
- Ni de broma. - Rió ella.
- ¿Qué tiene de malo? - Dije mirándome en el espejo, apoyando el vestido sobre mi para hacerme un idea de como podría quedarme.
- Sí quieres parecer una niña de ocho años, póntelo.
- Pues entonces, ¿qué me pongo?
- ¿Qué te parece, éste? - Ella cogió una percha con un vestido rojo.
- ¡Olvídate!
- ¿Por qué no?
- Es demasiado para una primera cita.
- De eso se trata.- Rió Lizzy.- Es una primera cita, hay que impresionar.
- No sé yo...
- Venga, póntelo.
Le hice caso y me puse el vestido. Hacía tiempo que no me lo ponía y me sorprendió lo bien que me sentaba. Decidí no maquillarme mucho. Creí que con el vestido llamaría ya demasiado la atención. El pelo me lo dejé liso, como siempre.
- Estás guapísima.
- Gracias.- Dije insegura.
No estaba del todo cómoda con aquel vestido.
- Sigo pensando que es demasiado.
- ¡Wow!- La voz de Ryan sonó detrás de mi. Me giré y ahí estaba él, observándome con la boca abierta. Iba con un pantalón vaquero, una camisa blanca y una americana negra, combinada con zapatos de vestir.
- Siento haber entrado sin avisar. La puerta de abajo estaba abierta.- Dijo intentando recuperar la compostura.
- Tenemos que arreglar esa maldita puerta.- Dijo Lizzy sin perder su sonrisa.
- ¿Estás lista?
- Emm...sí.- Ahora que le tenía delante estaba mucho más nerviosa y no me parecía tan buena idea haber aceptado la cita.
Lizzy me guiñó un ojo antes de que saliera por la puerta y yo puse los ojos en blanco.
Ryan me abrió la puerta de su deportivo rojo.
- ¡Menudo coche! - Dije una vez estuve sentada dentro.
Los asientos estaban forrados con cuero beige, y el deportivo estaba impoluto por dentro.
- En realidad, no es mío. Un amigo me lo dejó para impresionarte.- Dijo un poco tímido.
Yo le sonreí.
- ¿A dónde vamos?
- Está cerca de aquí, es una restaurante italiano. ¿Te gusta la comida italiana? - Preguntó preocupado.
- Sí, sí.
Me quedé sorprendida cuando bajé del coche y miré el restaurante en donde íbamos a entrar. Un sitio lujoso. Muy lujoso. Ryan me ofreció su brazo, y ambos entramos por la gran puerta. Dentro la luz era muy tenue y todo estaba impecable. Las personas que estaban ya cenando se habían puesto sus mejores galas. Por un momento me alegré de llevar puesto aquel vestido.
Un camarero nos llevó a una mesa reservada y nos ofreció la carta. Yo pedí pasta y Ryan se unió a mi.
Ryan me preguntó si quería tomar vino, pero preferí decidirme por el agua. Quería tener la mente clara durante toda la cita y el vino me confundiría.
- Estás preciosa esta noche.- Sonrió.
- Tú también estás muy bien.- Dije devolviéndole el halago.
- Bueno, cuéntame. ¿Cómo es eso de que vives con Harry?
Sabía que él me preguntaría por eso, así que decidí explicarle rápido para poder concertrarnos en otro tema de conversación
- Tuve una pequeña discusión con mis padres y bueno...no pude seguir manteniendo el apartamento. Harry simplemente se ofreció a que me quedara con él, hasta que encontrara otro lugar donde vivir.- Dije rápidamente.
El camarero volvió con nuestra cena. El plato era enorme y había muchísima comida.
- Entonces, ¿no es definitivo?
- En absoluto.- Dijo cogiendo el tenedor para poder enrollar los espaguettis en él.
- ¿Y cómo lo llevas? Quiero decir, el hecho de tener que vivir con él después de todo lo ocurrido.
- Bien. Harry y yo somos amigos ahora.- La palabra sonó extraña en mi boca. Pero estaba ahí. Cenando con otro chico que no era Harry. Así que lo último que quería era continuar con esta conversación.- Pero no quedé contigo para que hablemos de él.
- Tienes razón.- Sonrió.
- ¿Qué hay de ti?
- ¿Qué quieres saber de mi?- Preguntó interesado.
- ¿Qué estudias?
- Derecho. Pero no lo escogí yo.- Le miré expectante para que se explicara.- Mi abuelo era abogado, y mi padre siguió su camino, y ahora quiere que yo haga lo mismo.
- ¿Y qué te gustaría haber estudiado?
- Me encantaría ser director de cine.- Dijo ilusionado.
- Nadie debería decirte lo que debes estudiar, eso deberías elegirlo tú.- Sus ojos se clavaron en los míos divertidos.- Quiero decir, ya eres adulto para saber lo que quieres. Deberías hacer lo que quieres. Tú eres el único que está viviendo tu vida.
- Lo sé, pero mi padre no lo entiende y yo no fui lo suficiente valiente como para llevarle la contraria. Además a él le hacía feliz que escogiera esa carrera y yo sólo quería que se sintiera orgulloso.
Por un instante me sentí mal por él. Creo que nadie merece apartar sus sueños por lo que quieren otras personas.
- Eso demuestra que te preocupas por él y que no eres egoísta.- Dije mirándole. Ryan me sonrió y me acarició la mano. No me resultó extraño el contacto de su piel contra la mía.
- Me alegra que hayas decido salir conmigo esta noche.
- A mi también.- Dije con total sinceridad.

Fue una cena muy llevadera e incluso divertida. Después de hablar de nuestros estudios, Ryan me habló sobre su idea de conseguir un apartamento ya que en la casa de la fraternidad era imposible estudiar y siempre recurría a ir a la biblioteca. Las horas fueron pasando y a las once y media decidimos meternos en el coche. Él paró en el apartamento de Harry y bajó del coche para acompañarme a la puerta.
- Ha sido una gran noche.
- Sí, lo ha sido. Gracias.- Dije dándole un beso en la mejilla.
- ¿Eso significa que volvemos a quedar?- Me sonrió.
- Claro, ahora tienes mi número, avísame.
- Genial.- Dijo devolviéndome el beso en la mejilla y volviendo al coche.



[NARRA HARRY]


Estuve esperando en el sillón, mirando hacia la puerta desde que había dejado a April salir con ese capullo. Ni siquiera fui capaz de impedirselo, no hice nada. Ni la advertí.  Las horas pasaban y April no aparecía. El timbre de abajo sonó y salí prácticamente corriendo hacia el telefonillo. Después fui hasta la puerta y esperé allí hasta que ella salió del ascensor. Mis ojos recorrieron su cuerpo cuando la vi con aquel vestido rojo. Nunca antes se lo había visto. Estaba absolutamente impresionante.
- ¡Hola! - Dijo ella contenta, entrando por la puerta.
La cerré tras ella y me quedé observándola, esperando a que me contara todo lo ocurrido en la cita. April no dijo nada y fue directa hacia la habitación.
- ¿Qué tal la cita? - Ella se sentó y se desabrochó sus tacones del tobillo.
- Muy bien.- Sonrió.
- ¿Te ha besado?
- ¿Qué?- April me miró con su ceño fruncido.
- ¿Te ha besado si o no? - Dije más tenso.
- ¡No, claro que no!
- ¿Ha intentado algo?
April me miró confundida.
- ¿Si o no?
- ¡No, Harry! Se ha portado muy bien conmigo.
Una carcajada se escapó de mi boca.
- ¿Qué?
- ¿Ryan portándose bien y respetando a una chica? - Dije irónico.
- Pues sí. Y de hecho hemos vuelto a quedar.
- ¿Qué? - Mi voz fue de incredulidad.
- Que hemos vuelto a quedar.- Repitió como si no la hubiera oído.
- Sí, ya te oí.- Dije borde.- No tienes ni idea de quien es ni de como es.
- ¿Acaso me vas a decir con quien debo salir o no? - Dijo ella defendiéndose.
La ira recorrió mi cuerpo. Respiré hondo e intenté relajarme.
- Puedes salir con quien te de la puta gana, April. Yo sólo te estoy avisando. Ten cuidado. No quiero tener que defenderte si él ...- Me quedé callado solo de pensar en lo que le haría a Ryan si la llegara a tocar. Mis puños se cerraros y cerré los ojos.
- No tendrás que defenderme, no va a pasar nada malo.- Interrumpió mis pensamientos.
- Lo que tu digas, April.
- ¿No puedes simplemente alegrarte por mi?
- ¿Qué me alegré de qué? ¿De que salgas con un gilipollas?
Su expresión cambió de repente. Ahora aparte de confundida estaba dolida. Ella se giró para evitar mirarme.
Mierda.

[NARRA APRIL]

- April...- Harry intentó tocarme el brazo pero me aparté más de él.- Sólo ten cuidado.
- ¿Cuidado de qué? ¿De él? Si lo dices por lo que ocurrió en tu cumpleaños, ya lo hemos hablado y me demostró que no era la misma persona.
- ¡Cómo te lo va a demostrar si casi ni le conoces! ¡Eres una ingenua!- Su voz se elevó.
- ¿Por qué siempre tiene que estropearlo todo? - Dije con la voz baja.
Me atreví a girarme y mirarle. Sus ojos estaban clavados en el suelo. Su expresión era triste, con el ceño fruncido. Harry abrió la boca para decir algo pero la cerró. Negó con la cabeza y se metió dentro de la cama sin decir nada más.





Sé que estoy tardando mucho en subir un nuevo capítulo pero la semana que viene tengo todos los exámenes y no paro de estudiar, así que SIENTO MUCHO la espera.  Muchísimas gracias por la paciencia que estáis teniendo conmigo, de verdad. Aunque estoy contenta de poder decir que a partir del viernes todo volverá a la normalidad. Deseadme suerte con mis exámenes, ¡por favor!

viernes, 22 de noviembre de 2013

Capítulo 87.

[NARRA APRIL]

La ira me recorrió todo el cuerpo. Será capullo.
- Eres increíble.- Dije incrédula.
- Lo sé.
- ¡Qué te jodan, Harry! - Me giré para volver dentro y buscar a Ryan y a Lizzy. No quería permitir que nadie me estropeara la noche y menos Harry. Cuando iba a subir un pie en el escalón para entrar al pub, me mareé. Fue como si una fuerza tirara de mi hacia atrás y no me dejara avanzar, provocando que todo a mi alrededor diera vueltas y que mucho calor llenara mi cuerpo, provocándome una instantánea sensación de pesadez y agobio. Como si la tensión me acabará de bajar de repente.
Un soporte firmé me sujetó del brazo para evitar que me cayera al suelo. La mano de Harry.
- ¡Hey! - Dijo él haciendo fuerza cuando mi cuerpo, casi se desploma sobre el suyo. Sus ojos buscaron los míos pero me costaba mantenerlos abiertos. 
- L- lo siento.- Dije intentando incorporarme.- Será el alcohol. - Sabía que no era el alcohol, ya había bebido otras veces y se como me afectaba pero esta vez era diferente.
- ¿Qué has bebido? - Preguntó casi furioso.
- Lo mismo que tú y todos.- Respondí haciendo memoria. El camarero nos había traído a todos las mismas cervezas.
Harry puso su mano en mi frente y frunció el ceño.
- Estás ardiendo, April. Vamos te llevo a casa.- Dijo cogiéndome de la muñeca.
- No, ¡para! 
Harry me miró sin entender porque no quería irme con él. Yo le miré y después miré detrás, donde Kara nos observaba sin ninguna expresión en su cara, intentando evitar entrometerse en los asuntos de Harry y míos. Harry entendió lo que yo quería decir y se giró para hablar con Kara.
- Tengo que llevarla a casa, creo que tiene fiebre.- Le explicó mirando hacia mi.
- No pasa nada.- Le sonrió la rubia.- Quizás otro día.- Dijo guiñándole un ojo y dejando un papel con su número de teléfono en el bolsillo de la gabardina de Harry. Y volvió dentro.
- No tenías por que hacer eso. No quiero ser la responsable de que no tengas una buena noche.- Dije con la voz más débil de lo que esperaba.
- Quédate aquí, voy a por tu abrigo.- Dijo haciendo caso omiso a mi comentario.- No te muevas, en serio.- Volvió a girarse.
Me quedé allí esperándole. El calor rápidamente fue remplazado por un frío que me estaba haciendo tiritar. Mis dientes chocaban los unos con los otros por tanto frío que tenía.
- ¡Dios, April! - Dijo Harry lleno de preocupación.
Me ayudó a ponerme mi abrigo, y después se quitó su gabardina colocándome sobre los hombros para abrigarme más.
- Lo peor es que los dos acabemos enfermos.- Bromeé yo al ver que ahora él estaba en camiseta de manga corta. Harry no se rió. Él me acompañó hasta el coche, me abrió la puerta y me ayudo a subirme. Y después fue al asiento del conductor y condujo hasta su apartamento.
Cuando llegamos, me volvió ayudar para bajar y me dio la mano hasta que llegamos al ascensor. Yo me miré al espejo. Estaba horrorosamente pálida. Y las raíces de mi pelo estaban empezando a humedecerse por el calor de mi cuerpo, aunque yo sintiera muchísimo frío.
Fuimos hasta la cama y Harry sacó del cajón de su cómoda un termómetro.
- ¡Joder! - Dijo cuando vio el resultado.
- ¿Qué?
- Tienes 40 y medio de fiebre. Vamos.- Dijo levantándome de la cama entre sus brazos y llevándome al baño. Harry  me desabrochó el vestido por la espalda dando un profundo suspiro.
- ¿Q-qué haces?- Pregunté sin fuerzas para impedir que siguiera quitándome la ropa.
- Tenemos que bajar esa fiebre.- Dijo con un tono suave de voz.- Harry se acercó a la gran bañera y abrió el agua para que empezara a llenarse.
- Ha-Harry, tengo mucho frío.- Dije tiritando en mi ropa interior.
Él se acercó a mi, quitándome mi braga y sujetador de la forma más delicada como nunca lo había hecho, intentando no mirar mi cuerpo, ahora, desnudo. Me cogió entre sus brazos y me metió dentro de la bañera.
- ¡Dios, está helada!- Dije quejándome y pasando mis brazos alrededor de mi pecho para intentar protegerme lo máximo posible.
- Está tibia. Tu cuerpo está muy caliente.- Él se agachó y se sentó en el suelo del baño a mi lado. Me quedé callada. Sus ojos verdes miraban hacia el suelo, sus manos entrelazadas.
Si seguía allí iba a terminar quedándome dormida. Me costaba mantener los ojos abiertos.
- ¡Hey!- Me susurró Harry.
- M-mm. - Respondí con los ojos cerrados.
- Abre los ojos, April.- Me pidió Harry.- En serio, ábrelos.- Noté su tono de voz asustado.- April, abre los ojos y mírame. 
Escuché como cambiaba de posición. Una mano entró en el agua y me cogió la mía. Acariciando mis nudillos mojados.
- Abre los ojos, por favor.
Hice un gran esfuerzo para volver a abrirlos y un suspiro de alivio salió de sus labios.
- Vamos, voy a sacarte de ahí.
Envuelta en una toalla Harry me llevó a su cama. Harry estaba dispuesto a ponerme la ropa interior, cuando me incorporé lentamente para poder ponermela sola. Él fue a su armario y quitó una camiseta negra de allí y me la puso por encima de la cabeza, ayudándome a meterme dentro de la cama. Su ropa olía a él. 
- ¿Puedes pasarme una sudadera o algo? Tengo mucho frío.- Ya no tiritaba pero mis piernas temblaban.
- No creo que eso sea lo mejor. La colcha es muy abrigada.- Respondió quitándose la camiseta y los pantalones, y metiéndose dentro, a mi lado. Volvió a tomarme la temperatura. Había bajado hasta 38 y medio.


[NARRA HARRY]

(Escuchad esta canción, sobre todo para la parte final. Half a Heart  )

- En serio, Harry, tengo mucho frío.- Dijo April comenzando a tiritar de nuevo.
- Ven aquí.- Le dije atrayéndola a mi.
April se acomodó en mi pecho. Su temperatura corporal seguía estando más caliente de lo normal. Ella pasó sus dos manos alrededor de mi y se pegó todo lo posible. Estrujándome más de lo esperado.
- Lo siento.- Dijo relajando sus brazos.
- ¿Estás mejor?
- Sí, tienes el cuerpo muy caliente.
Yo le acaricié el pelo durante unos cuanto segundos sin decir nada. Sin saber porque, la imagen de Kara apareció en mi mente. Y eso provocó que me diera cuenta de que a la única persona que quería era April. Que a la única persona a la que cuidaría, sería April. Que no me hacía falta nada ni nadie más. Por muy guapa que fuera Kara, no era nadie para mí. Tener a April en mis brazos me hacía sentir vivo. Me hacía sentir completo. Haberla visto hoy tan mal, tan pálida, con tanta fiebre, hizo que casi se me parara el corazón. Me recordó cuando tuvo el accidente. Cuando la vi tendida en el suelo, en aquella camilla tan pálida y estática. Cuando  los médicos no me dejaban acompañarla. Cuando no pude estar ahí para ella. 
- ¿Estás bien?- Me preguntó April con un susurró al notar la tensión de mi cuerpo.
- Sí.- Dije besando su pelo.
- ¿Harry?- Volvió a hablar ella después de unos pocos segundos.
- ¿Qué?- Susurré.
- He estado pensando y...- Ella se alejó un poco para que pudiera mirarla.- Voy a intentar ser tu amiga, como me pediste. No quiero estar pendiente o celosa de las chicas con las que estés. Ni quiero que el hecho de vivir aquí, contigo, se complique solo por mis sentimientos. Así que como sé que tú no quieres perderme, voy a intentarlo. No prometo que vaya a salir bien. Pero sí que lo intentaré.
Aparté mi mirada de la de ella. ¿En serio?¿Ahora?. Ahora cuando yo estaba dispuesto a intentarlo por ella.
- ¿Tú quieres que seamos amigos?- Pregunté. Me costaba pronunciar las palabras.
- Quiero que seas feliz. A donde quiera que lleve esto...
Mi interior dio un vuelco con sus palabras y me sorprendió la cantidad de dolor que sentí. La tenía allí, entre mis brazos, pero ahora sentía como si hubiese perdido una parte de mí. Ella me estaba dando tiempo, y fue exactamente cuando yo no lo quería. El simple hecho de que ella fuera capaz de ser mi amiga, de decirlo en voz alta, de planteármelo, me hacía darme cuenta de que yo no quería eso. De que sin ella estaba perdido. Podría decirle que cambié de opinión, que se olvidé de eso, que ya no importa lo que dije de ser amigos,  y esperar que ella retirara todo lo que acababa de decir, pero sabía que no era justo para ninguno de los dos decirlo, justo cuando ella acababa de superarlo. 
Sonreí para luchar contra el dolor de mi pecho y la angustia que sentía.
- Apuesto uno de cincuenta, a que agradecerás esto cuando encuentres a tu futuro marido.
April frunció el ceño.
- No digas eso.
 No pude fingir una sonrisa después de aquello. Así que me límite a hacer lo único que quería hacer en ese momento. Volví a abrazarla. April se volvió a acomodar en mi cuerpo. Le di un beso en la frente y cerré los ojos hasta quedarme dormido.


[NARRA APRIL]


Me desperté rodeada por lo brazos de Harry. Me hubiese gustado quedarme ahí toda la mañana, pero sería un poco raro cuando ayer decidí "ser su amiga". Me moví lo más lento posible para despegarme de él y levantarme de la cama, sin despertarle. Él se quejó y poco a poco abrió los ojos.
- Buenos días.- Murmuró con una voz grave y sus ojos aún entrecerrados y un poco hinchados.
- Buenos días, Harry.- Le sonreí.
- ¿Te sientes mejor hoy? - Preguntó al recordar la mala noche que había pasado.
- Sí. Me duele un poco la cabeza pero supongo que será de la cerveza. Por lo demás, me siento perfecta.
Harry se estiró y se irguió de la cama para meter la mano en el cajón de la mesa de noche. 
- Toma.- Dijo dándome el termómetro.
- Ya estoy bien, de verdad.- Insistí.
Él no desistió y yo opté por aceptar el termómetro para que se quedase más tranquilo.
- 36.17. ¿No ves? Te he dicho que estaba bien.- Le sonreí.
- Si te vuelves a encontrar mal, avísame.
- No voy a salir de casa hoy, así que tranquilo.- Me levanté de la cama.- ¿Harry?
Él me miró expectante para que continuara hablando.
- Tienes que decirme cuanto debo pagar al mes. Sé que este ático es mucho más caro que mi apartamento, pero aún así me gustaría pagarte, al menos...
- No.- Me interrumpió.
- Harry...-Intenté que entrara en razón.- Supuse que no ibas a querer, pero yo estoy trabajando, puedo pagarte. No quiero quedarme aquí gratis, no es justo. Ben está pagando.
- Sí sabías que no iba a aceptar, ¿para qué me lo estás preguntando?
- Porque me da igual lo que me digas, voy a pagarte la pensión al mes que corresponde.
- No. No vas a pagarme nada. No me hace falta el dinero. 
- Pero Harry...
- No hay nada más que hablar, April.- Dijo él elevando un poco la voz.
- No tienes porque hacer esto, ya bastante haces dejando que me quede aquí.- Él frunció el ceño y abrió la boca para responderme pero yo no le dejé hablar.- Gracias.- Le di un beso en la mejilla y fui a la cocina para tomar algo de desayunar. Sabía que si intentaba hacer cambiar de opinión, acabaríamos discutiendo.- ¡Buenos días, Ben!
- Te veo bien, April.- Me sonrió.
La verdad es que comparando el dolor que pasé anoche no sé a que se venía este buen humor mañanero. Supongo que el hecho de aclarar las cosas con Harry, me había relajado. Aunque no haya sido lo que yo quería, creo que seré capaz de llevar todo este tema de la amistad, bien. O al menos, como le dije a él, lo intentaré. Y poder haber sido sincera con él, me hacía sentía liberada. Quizás lo mío y lo de Harry no puede ser. No ahora. Quizás solo debí disfrutar de él , como lo hice, cuando tuve la oportunidad. No puedo estar pendiente siempre que él quiera irse con otra chica. Y él ya me ha dicho que no quiere una relación conmigo. Tengo que pasar página de alguna manera, y quizás esta es la mejor. Al menos para él. Para poder seguir a su lado sin ser su novia, la única opción que me quedaba era poner de mi parte, hacer un esfuerzo, un gran esfuerzo en ser su amiga.
Mi móvil comenzó a sonar y creí que era Lizzy para asegurarse como había llegado a casa ayer por la noche. Pero me sorprendió cuando me salió un número en la pantalla que no tenía guardado en mis contactos.
- ¿Hola?
- ¿April? - Preguntó una voz masculina.
- Sí, ¿quién es?
- Soy Ryan.- Noté una leve risa.
Tragué salida al recordar que ayer también le había dejado plantado sin ninguna explicación.
- Esta vez si que tengo una buena excusa.
- Estoy deseando oírla.- Dijo amable.
- Tuve fiebre y Harry me trajó a su casa porque me encontraba muy mal.
- ¿Dormiste en casa de Harry? - Preguntó más seco.
- Sí, pero no es lo que parece.- A ver ahora como le explicó que vivo con mi ex novio.
- Está bien.- Noté como sonreía.- ¿Que te parece si me lo explicas esta noche? Siete y media paso a recogerte, ¿quieres?
- Emmm... claro.
- ¿En dónde? ¿Su apartamento?
- No. Tengo que ir a el piso donde vivía antes. Te paso la dirección por un mensaje.
- Perfecto. Hasta las siete y media, entonces.
- Sí.- Afirmé colgando.

- ¿Quién era? - Preguntó Harry, sobresaltándome cuando lo encontré justo detrás mía.
- Ryan.- Dije evitando su contacto visual.
- ¿Qué quería?
- ¡Qué te importa! -Reí yo ante su curiosidad.
- Creí que eramos amigos.- Sonrió él usando  nuestra nueva "amistad" como excusa para que le contara mi conversación con Ryan.
- He quedado con él esta noche.
- ¿Hay fiesta otra vez? - Preguntó.
- No.- Dije  bajando mi voz.- Solo él y yo.
Ben se atragantó con el café que estaba tomando, levantando su vista del periódico y mirando a Harry.
- ¿Vas a ir?- La expresión de Harry era seria.
- Me recoge a las siete y media.- Ben volvió a concentrarse en el periódico.
- Creí que hoy no ibas a salir. - Dijo él recordando lo que le dije en cuanto me levanté esta mañana.
Yo le miré con el ceño fruncido sin saber que decir. ¿A caso no puedo cambiar de opinión? Si mal no recuerdo el ayer iba a dejarme tirada para irse con Kara.
- ¿Aquí? ¿Te recoge aquí? - Preguntó cuando yo no respondí nada.
- No. Te iba a pedir si podías llevarme a mi apartamento, necesito traer más ropa y ya me ducho allí y me vestiré allí también.
- Sí, tranquila. Yo te llevo.- Dijo sin más, con ninguna expresión en su cara.
Harry se giró para irse a la habitación. Cuando pasó por el lado de Ben, éste volvió a levantar la vista, mirando a Harry con ojos preocupados, pero Harry no le hizo caso, yendo directamente a la habitación y cerrando la puerta detrás de él.





Para todas las que estéis interesadas en saber como es Kara. Pues escribí el capítulo pensando en Kara Rose Marshall here, tiene fotos con Harry porque le acompañó a él y a Lou Teasdale a una tienda de teléfonos móviles (creo) hace tiempo. Y recomiendo expresamente que leáis el capítulo con la canción que puse, la letra significa mucho y creo que queda bien con toda la parte en la que Harry quiere echarse para atrás y decirle lo que siente hacia April.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Capítulo 86.

[NARRA HARRY]

Después de noche tras noche durmiendo mal, levantándome con ataques de asma o teniendo alguna pesadilla, por fin había podido dormir bien. Al fin pude dormir una noche entera y tranquilo, sabiendo que April estaba al lado mío.
Cuando abrí los ojos, tenía el brazo de April alrededor de mi cintura. Intenté girarme lo más lento posible para no despertarla y poder mirarla. Su rostro estaba relajado, y su pelo a un lado, ocupando toda la almohada blanca. Tan solo mirarla me tranquilizaba, como si nada más existiera.
Me levanté y fui a la cocina. Ben ya estaba despierto, preparando la cafetera.
- Hola.- Saludé sin más yendo al estante para buscar dos tazas y una bolsa de té.
- ¿Desde cuándo tomas té?
- Es para April.- Expliqué, poniendo un poco de agua, el té dentro de la taza y colocando todo dentro del microondas.
- ¿Qué te traes con ella? - Preguntó Ben dando un sorbo a su taza de café.
Levanté la vista para ver su expresión. Era simplemente de curiosidad.
- Nada.
Él me miró, elevando sus cejas, como si no creyera mi palabra.
- Ella no tenía donde vivir, y le ofrecí venir aquí. Que no quiera salir con ella como antes, no quiere decir que quiera que se quede en la calle sin un lugar donde dormir.
- Entonces te sigue importando.
Le miré intentando deducir a donde coño quería llegar con todo esto.
- Nunca dije que no me importara.- Dije encogiéndome de hombros.
Ben dio otro trago a su café y fue de vuelta a su habitación. Casi siempre pasaba el día en su habitación trabajando con su ordenador, o fuera de casa, también trabajando.
Unos pasos ligeros se aproximaron a la cocina. April apareció delante de mí, con los pies descalzos y el pelo alborotado.
- Buenos días.- Dijo ella con media sonrisa.
- Toma.- Le di el té que le había preparado. Ella lo tomó entre sus manos y frunció el ceño.- ¿Qué?- Pregunté ante esa expresión.
- ¿M-me has hecho el desayuno?- Preguntó llevando la taza a sus labios.
- Sólo es un té.- Dije para quitarle importancia.- Si no lo quieres tomar, déjalo, me da igual.- Dije más duro y serio. No sé porque tanto drama por un puto té.
- No es eso.- Intentó que me calmara.- Gracias.- Dijo dedicándome una sonrisa.
Su móvil empezó a sonar. April se giró sobre sus talones y se dirigió a la pequeña mesa del salón, donde su teléfono vibraba sin parar.
- ¿Hola? Lizzy! - Contestó muy sonriente.- Sí, sí. Todo va bien.- Ella me miró como si Lizzy estuviera preguntándole si yo había hecho algo mal. ¿Ahora soy un ogro o qué?
- ¿Te llama para comprobar que sigues viva? - Bromeé yo.- ¡Ay que joderse!
April me miró ocultando su risa y mandándome callar. Yo seguí pendiente de ella y su conversación.
- ¿Te ha dicho eso?- April se puso roja.- ¡Vaya! No, no. Casi no le conozco... Oh no, no voy a ir....Iba a pedirte su número para disculparme con él pero con todo lo del piso no tuve tiempo... No creo que sea lo mejor...¿Qué? ¡Lizzy, no!...- April rió un poco hasta que sus ojos volvieron a encontrarse con los míos.- Nunca me divierto en esa casa....¿Ah no?...Está bien, iré.
- ¿Qué quería? - Pregunté sin más.
- Pedirme que saliera está noche.
- ¿Vas a salir? - Pregunté levantando mis cejas.
- Sí, ¿tú, no? - Ahora ella parecida sorprendida.
Pues no. La verdad no tenía pensando salir esta noche. Creí que quizás quería quedarse en casa y yo me quedaría con ella. ¿Pero qué coño me pasa? ¿Desde cuando no salgo un sábado?
- Sí, claro.- Volví a la habitación sin decir nada más.

[NARRA APRIL]

La mañana fue un poco extraña. Harry me había preparado el desayuno. Después pareció no querer salir y eso me sorprendió mucho más. Actuó raro durante toda la tarde, casi sin decir palabra. No sé porque se comportaba así. ¿Será el beso de ayer? No volvimos a hablar del tema. ¿Debería decirle algo? y si es así, ¿qué le digo?. No. Prefiero dejar las cosas como están.
En cuanto a Ben no supe nada de él en prácticamente todo el día, creí que había salido pero Harry me dijo que cuando se ponía a trabajar, no paraba ni para comer, así que supuse que estaría en su habitación.
La tarde se me pasó rápido con todo lo que estudie. Ya era hora de que empezara a prepararme para salir. Por una vez no iríamos a la casa de la fraternidad y eso me dio más ganas de salir. Sólo estaríamos unos pocos conocidos y muchos desconocidos bailando a su rollo, como es normal en un pub.
Decidí ponerme un vestido negro sin mangas con un collar para darle un poco de personalidad al conjunto. Me puse unos zapatos negros, los de plataforma de siempre, que sabía que no me lastimarían por mucho que bailara o caminara. Me dejé el pelo como siempre y me puse un poco de sombra negra en mis ojos y rímel, pero nada exagerado.
- ¿Ya estás listo?- Le pregunté a Harry que estaba echado en la cama, con un libro delante de sus narices.
Él me miró y tragó saliva. Sus ojos recorrieron mi cuerpo.
- ¿Piensas ir así?- Me preguntó con un tono de desaprobación.
- Sí. ¿Algún problema?
- Hace mucho frío, deberías ponerte unos vaqueros y una sudadera.
Me eché a reír ante sus palabras.
- Harry, vamos a salir. No voy a ir en sudadera. Además llevaré abrigo.
- Como quieras.- Dijo él cogiendo una gabardina negra larga.
Iba todo de negro, excepto por las botas, que eran beige. Pero con esa gabardina y el pelo hacia arriba, estaba extremadamente sexy.
Cuando llegamos al pub, y bajamos del coche, una ráfaga de frío pegó fuerte contra mis piernas. Intenté no tiritar porque no quería darle la razón a Harry, así me apresuré para entrar dentro. En la puerta un hombre que parecía un gorila, me pidió el carnet de identificación. Quité mi DNI del bolso y se lo enseñé. Harry en cambio entró sin más, dándole una palmadita en el hombro al segurata. Le miré con mis cejas elevadas.
- A veces, sigue siendo una ventaja haber formado parte de un grupo de música internacional.- Me explicó él, posando la mano en lo bajo de mi espalda para guiarme. Harry se quitó el abrigo y me ayudo con el mío. Se los dio ambos, a una chica, que los puso en un armario y le dio la llave a él.
- ¡April! - Lizzy vino corriendo y me dio un abrazo.
- Hola, a ti también, Liz.- Dijo Harry ante el desinterés de su amiga.
- Venid, estamos todos en la parte de atrás.
Lizzy me cogió de la mano, mientras Harry nos seguía por detrás. Cuando llegamos, estaban Matt, Jack, dos chicas que no conocía y Ryan, el cual me miró con una sonrisa resplandeciente. Me alegró no ver a Mery por allí.
- Ellas dos son Ana y  Kara, son mis compañeras de piso. Estudian fotografía conmigo, y Kara además de eso, es modelo - Me explicó Lizzy, las saludé con la mano y me senté al lado de Ryan, ya que él educadamente se había movido un poco para dejarme sitio.
Las dos chicas eran rubias. Ana tenía un rubio platino, totalmente natural, parecía casi blanco. Kara también era rubia, aunque me daba la impresión de que teñida, e increíblemente guapa. Las dos se apartaron para dejarle un lugar en medio a Harry. Harry les sonrió y se sentó.
- Lizzy me ha dicho que me estuviste buscando la última vez en la casa de Jack, lo siento mucho.- Le hablé a Ryan intentando explicarme.- Yo...la verdad es que no tengo ninguna buena excusa para ponerte, incluso iba a pedirle tu número a Lizzy para llamarte y disculparme pero bueno tampoco lo hice.- Dije poniendo una mueca.
- Me alegra que Lizzy te haya dado mi mensaje de que quería verte hoy.- Respondió acercándose un poco más a mi.
Un camarero vino y nos puso unas cuantas cervezas encima de la mesa. Aunque se detuvo un poco para observar el escote de mi vestido.
- Ya has puesto las cervezas en la mesa, lárgate.- Dijo Harry fulminándole con la mirada.
Yo le miré sin entender porque acababa de hacer eso. Me fije en Ana, la cual estaba totalmente embobada observando el rostro de Harry. Como si le idolatrara. Kara en cambio estaba intentando no prestarle mucha atención, pero algo me decía que solo era su truco para poder conseguir más atención por parte de Harry.
- ¿Para que querías que viniera? - Retomé la conversación con Ryan.
- Me gusta tu compañía.- Le sonreí sin saber muy bien que decir.- Aunque me enfadó que te fueras sin tan siquiera despedirte, sé de que forma puedes compensarme.- Ryan puso su mano en mi pierna.
Me sentí extraña y un poco incómoda, sobre todo al recordar nuestro primer encuentro.
- Ryan, no. No soy de esas con las que te puedes ir tan solo una noche.- Él me miró relajando su expresión, acariciando mi pierna y retirando su mano.
- Lo sé. Ya me lo has demostrado.- Dijo él como si acabara de recordar lo mismo que yo.- Siento si me malinterpretaste, no quería que pensaras eso. Me refería a que quizás, algún día de estos podríamos salir por ahí.
- Ya estamos saliendo por ahí.- Respondí sin entender muy bien lo que quería decir.
El camarero trajo la tercera ronda de cervezas.
-  No me refiero a esto.- Dijo haciendo un gesto al resto de lo que estaba allí. Todos parecían estar en sus conversación, excepto Harry, el cual estaba pendiente de Ryan y yo.- Sólo tú y yo.
- No sé ...- No estaba preparada para intentar salir con otro chico. No mientras siguiera pensando en Harry.
- ¿Lo pensarás, al menos? .- Yo asentí con la cabeza, dando un trago a la botella de cerveza.
Lizzy me miró y me pidió que la acompañara al lavabo. Me levanté y fui con ella. Siguiéndola entre la multitud de gente.
- ¿Te estás divirtiendo?- Me preguntó cuando llegamos.
- Sí.- Me parecería muy dulce de su parte que se preocupara por saber como la estaba pasando.
- ¡Bien! - Dijo dando unas cuantas palmadas.- Harry no para de prestarte atención.- Lizzy empezó a pasarse las manos por el pelo para desenredárselo.
- Sólo estoy hablando.
- Ya, ya. Pero se le ve bastante molesto al verte con Ryan.- No dije nada.- En serio no te quita los ojos de encima.- Rió ella.
 Intenté mantenerme tranquila, pero mi corazón latía rápido y yo estaba intentando evitar sonreír de oreja a oreja.
- No sé que problema tiene con que hable con Ryan, además se supone que es su amigo. Y no está ligando conmigo - Me quedé callada unos minutos.- Bueno, eso creo.
- ¿A qué te refieres con "eso creo"?
- Me ha pedido que salga con él, por ahí, algún día.
- ¿QUÉ? - Lizzy empezó a reír.- ¿Y qué vas a hacer?
- No creo que acepte. No estoy preparada, no aún.
- No te está pidiendo que seas su novia, April. Relájate y disfruta. Puede que Ryan sea lo que te haga falta para distraerte un poco y no  pensar tanto en Harry.
- No sé...
- Hazme caso.- Ella sonrió y después me cogió para volver.
Cuando llegamos Jack y Matt se llevaron a Lizzy a la pista de baile. Se notaba complicidad entre ellos. Me resultaba raro ya que no se parecían en absoluto a Lizzy, al menos lo poco que sabía sobre ellos. Ella se preocupaba mucho más por estudiar y creo que es más responsable. Me giré para mirarlos y Lizzy estaba bailando, como nunca antes la había visto. Matt y Jack estaban situados uno delante y otro detrás de ella, mientras los tres bailaban al ritmo de la música.
- ¿Bailas? - Dijo Ryan levantándose.
- ¡Claro!- Dije sin pensar. La verdad tenía ganas de levantarme y moverme. Unirme a Lizzy y a sus amigos y perder un poco el control. Si continuaba sentaba en esa mesa, acabaría quedándome dormida por tanta cerveza en mi organismo, así que tenía que moverme. Y la música me incitaba a ello.
En cuanto acepté, Harry se levantó.
- Bailemos, Kara.- Dijo ofreciéndole su mano.
Ella no dudo, pero tampoco se levantó con excitación, como muchas otras hubieran hecho. Me dio pena Ana. Allí sentada. Sin ningún chico que la sacara a bailar. No era una chica muy agraciada, pero ¿quién soy yo para judgar la belleza de las personas, cuando ni siquiera me gusto a mi misma?
- Ana, ven.- La animé.- ¡No vas a quedarte ahí sola! - Le sonreí.
Ella se levantó sonriente y todos fuimos a unirnos a Matt, Jack y Lizzy.

[NARRA HARRY]

Lizzy fue a la barra y se trajo otra cerveza para ella y otra para April. Conociéndolas a las dos, ya debían ir bastante contentas para seguir bebiendo, pero no hice nada para impedirlo. Kara se acercó a mi y empezó a moverse. Movimientos lentos y sensuales. Intenté mantener mis manos lejos de ella. Ryan pasó la mano de April por detrás de su cuello, para estar más cerca. Me puse rígido, intentando concentrarme en Kara. Esta chica era realmente guapa. Sus ojos eran penetrantes. Sus movimientos, incluso la manera que tenía de hablar era sexy. Ryan empezó a susurrarle cosas al oído que no pude entender ni oír, pero April sonreía. Aunque imagino que era más cosa del alcohol que por lo que ese gilipollas le estuviera diciendo.Volví mi atención a Kara. Puse mis manos en su cintura y la atraje a mi.
- Eres muy sexy.- Le susurré al oído. Ella medio sonrió.
- ¿Esa es tu mejor manera de ligar? Un poco patética, ¿no crees?- Dijo con un tono de humor.
No pude evitar que se me escapara un carcajada por la manera en la que lo dijo. Ahora la atención de April, estaba puesta en mi. Aunque ella seguía bailando con Ryan. Yo hice como si no me diera cuenta de que sus ojos estaba puestos en mi.
- Para ser una mala forma de ligar, estás aquí bailando, conmigo. Y además, no intentaba ligar, era solo un halago.- Dije riendo entre dientes.
- ¿Debo darte las gracias entonces? - Dijo ella susurrando en mi oído.
- ¿Te crees que haciéndote la dura, vas a conseguir más mi atención?
- Dímelo tú.- Respondió seria y mirándome. Esperando una reacción.
Elevé la vista por detrás de ella, para fijarme en que estaba haciendo April. Sus ojos aún estaban pendientes de mis movimientos. Bajé hasta tener a mi disposición el oído de Kara.
- Me gusta las chicas duras.- Susurré con voz grave .

[NARRA APRIL]

No podía creer que Harry me estuviera haciendo esto. Ahora esa tal Kara, se había pegado más a él. Harry mantenía su sonrisa y cara de satisfecho en el rostro. Su mirada se clavó en la mía unos pocos segundo hasta que volvió a mirar a Kara, atrayéndola más a él.
- ¿Podemos ir a tomar el aire? - Le pedí a Ryan.
- Claro, ¿cojo tu abrigo?
- No, es igual.- Dije al recordar que Harry tenía la llave donde se encontraba mi chaqueta.
Ryan me cogió de la mano para no perderme. De repente se paró y saludó a un chico.
- Esta es April.- Dijo introduciéndome. Me sonaba la cara.
- Ya sé quien es. ¿Te acuerdas de mi, preciosa?
Yo me quedé callada, pensando de que conocía a este musculoso chico.
- Stephan, ¿verdad?
- M-mm- Afirmó él.- Me alegra que te acuerdes de mi.- Sonrió.- ¿Estáis juntos?
- No.- Me apresuré a decir yo.
- Sólo somos amigos.- Dijo Ryan  un poco a disgusto para no dejarme quedar mal.
- ¿Y está esta belleza soltera? .- Preguntó con una expresión extraña en su cara.
- Eso es asunto mío, ¿no crees?
- Uhh, me gustan las chicas con carácter.- Sonrió.- ¿Habéis venido con Styles? Me gustaría verle.
- Sí, estará por ahí.- Dijo Ryan sin darle importancia.
- Bueno, ya hablaré con él en otro momento. Un placer haberte vuelto a ver, preciosa.
Ryan retomó el camino hacia la entrada. No sé porque pero ese chico me parecía repulsivo. No por su aspecto físico. No era mi tipo pero no era feo. Pero su actitud no me gustaba, nada. De hecho me daba un poco de miedo.
Cuando al fin llegamos fuera hacía mucho más frío que antes. Ni Ryan ni yo teníamos nada para protegernos de el viento frío.
- Hace mucho calor ahí dentro.- Dijo él, como si el frío no le afectara.- Debes de estar pasando mucho frío- Volvió a hablar, echando un vistazo a todo mi cuerpo.
- Un poco.
- Has venido muy guapa. Ese vestido te queda muy bien. Tienes unas piernas largas y bonitas.
- Muchas gracias.- Le sonreí.
¿Por qué no, entonces? Lizzy tenía razón. Ryan no me estaba pidiendo nada serio, sólo salir por ahí. Y después de ver el comportamiento de hoy de Harry, solo quería olvidarme de él de una vez. "Es irónico que pienses eso cuando vives en su piso" Habló mi subconsciente. Cierto. Pero quizás es hora de que realmente intente ser su amiga. Por mucho que no quiera eso, lo prefiero a tener que sufrir cada vez que lo vea con otra chica. Si pongo de mi parte, tiene que salir bien. Es lo que quiere él. Quiere que seamos amigos. ¿Por qué el beso de anoche, entonces? Preguntas que seguían ahí y que prefería no saber la respuesta. Él mismo dijo que ni siquiera sabía porque lo había hecho.
- ¿Me has oído? - Preguntó Ryan.
- No, lo siento ¿qué me has dicho?
- Que estás pálida. Creo que deberíamos entrar antes de que te enfermes.- La cabeza me pesaba un poco  pero ya no tenía frío. De hecho tenía bastante calor.
- Sí, entremos. Pero Ryan...- Él se giró.- Llámame un día para quedar.
- ¿De verdad?- Sonrió.
- Sí.
Harry nos interrumpió, saliendo de allí con Kara detrás de él.
- Jack quiere hablar contigo.- Dijo él fulminándole con la mirada.
Ryan entró esperando que yo fuera detrás de él. En cambio, me quedé allí parada.
- Yo me largo, ¿vas a venir o le pides a Ryan que te lleve? - Preguntó con un poco de ironía.
- Habíamos quedado en que vendríamos y nos iríamos juntos.- Le recordé la conversación que tuvimos en el coche.
- Ya, pero he cambiado de planes.- Dijo guiñándole un ojo a la rubia.





Ante todo agradeceros a todas las que me comentáis. Me hace muy feliz ver comentarios nuevos y poder compartir mis opiniones también con vosotras. Y después me gustaría saber si alguna de vosotras ha escuchado Midnight Memories. Me ha encantado el CD. Creo que se les nota una gran madurez, estoy deseando ir a verles para poder escucharlo en directo!.




domingo, 17 de noviembre de 2013

Capítulo 85.

[NARRA APRIL]

- ¿Estás segura de esto?- Habló Lizzy, mientras terminaba de meter alguna de mis prendas en la maleta.
- No. Es una locura. Sé que es una locura. De hecho no sé porque accedí...
- Ya sabes que si tengo que echarle la bronca o tener una seria conversación con él por algo que te ha haga, lo haré.- Ella se acercó a mi para abrazarme.
- Gracias, Lizzy.- Le devolví el abrazo.
- Ahora me siento culpable.- Dijo ella.- Podría haber esperado para conseguir otros compañeros y ahora por mi culpa te tienes que ir del piso...
- No seas tonta. Me quedo mucho más tranquila sabiendo que ya tienes nuevos compañeros. Yo te dije que los consiguieras. Además no es tu culpa que yo no pueda pagar el piso, es culpa de mis padres y tarde o temprano tendría que marcharme...

- ¿April, estás lista ya?- Dijo Harry con una expresión seria, apoyando su espalda contra la pared de la habitación que ya no sería mía nunca más.
- Sí, ya estoy. - Respondí cogiendo mi mochila y mi dos pequeñas maletas.
- Te llamaré.- Dijo Lizzy abrazándome una vez más.
- Espero que lo hagas- Le sonreí.
En cuanto salimos por la puerta de mi no-apartamento, sentí un poco de vacío dentro de mi. Ese sitio había sido mi casa durante dos meses y echaré de menos la privacidad que tenía.
Harry me cogió la mochila y se la colgó al hombro. Mientras con las dos manos cargaba mis maletas. Nos subimos a su coche sin decir ninguno de los dos palabra alguna. Pero en cuanto lo puso en marcha, empezó a sonreír.
- ¿Qué? -Pregunté sin entender su expresión.
Él me miró aún con la misma sonrisa.
- Nada. Sólo me alegra que hayas decido venir a vivir conmigo.
- Sólo hasta que encuentre otro apartamento.- Le recordé
- Sólo hasta que encuentres otro apartamento. Lo sé.
Ya era de noche cuando llegamos a su apartamento. Ben estaba echado en el salón, viendo la televisión. Me miró con una sonrisa, la cual le devolví, sin que Harry me diera tiempo a acercarme a él para poder saludarle correctamente. Él  me llevó directa a su habitación.
- Emmm...bueno.- Estaba más nervioso ahora.- Te he hecho un sitio en mi armario. Tienes dos estantes y la mitad del perchero para ti.- Dijo tocándose la nuca.
Me acerqué al armario para ver el espacio. Él había apilado, como pudo, toda sus camisetas en solo un estante para poder dejarme a mi dos. Y había juntado todas su perchas, lo más pegadas posible, a un lado del armario. No pude evitar sonreír al pensar que considerado fue.
- Gracias, Harry.
- Sí, bueno, no es nada. ¿Tienes hambre?
- Un poco.- En realidad estaba muerta de hambre pero no quería sonar aprovechada.
- Ven, vamos a cenar algo.- Harry me cogió de la mano para salir fuera de su habitación. Noté la mirada de Ben sobre nuestras manos entrelazas, y mis mejillas se enrojecieron. Si se supone que Harry y yo estamos compartiendo apartamento como amigos, esto me iba a costar más de los que creía. Y no había pasado ni un día.
- Prepararé algo de cenar.- Me ofrecí.
- No, no hace falta. Pediremos algo para que lo traigan aquí.
- No me cuesta nada.- Insistí yo. Quería sentirme útil para evitar pensar en mi decisión de haber elegido el apartamento de Harry y Ben como el mejor lugar en donde vivir. Ben miró a Harry esperando una respuesta. Harry no dijo nada.- Dime donde están las cosas para poder ir cocinando.- Le sonreí yo.
En la siguiente hora, Harry estuvo pasándome las ollas, indicándome donde estaban los cubiertos y como encender la cocina. Ben puso la mesa y los tres son sentamos en aquella mesa circular.
- ¡Realmente exquisito!- Dijo Ben.
- Muchas gracias.
- No recuerdo que cocinaras tan bien.- Bromeó Harry durante un segundo y al instante se puso serio al darse cuenta lo que acababa de decir. Él bajo su mirada al plato y se lleno la boca para evitar hablar. Yo me quedé sin habla. El recuerdo de las veces que le cociné cuando estuvimos juntos, ocupaba ahora mi mente.
- ¿Quién te enseñó a cocinar tan bien? - Ben intentó cortar la tensión que se había creado en la mesa.
- Es la receta de arroz con pollo de mi madre.
- Una gran cocinera, entonces.- Halagó Ben educadamente.
Cuando acabamos de comer, Ben se ofreció para recoger la mesa. Yo fui a la habitación de Harry para poner en orden mis cosas. Ya tenía casi todo acomodado en el armario. Sólo me faltaba guardar mi ropa interior. Harry estuvo todo el tiempo apoyado contra la puerta mirando cada una de las cosas que hacía.
- Harry...¿dónde puedo poner mi ropa interior? - Sus ojos se encontraron con los míos y después se dirigieron a mis manos, donde tenía un gran montón de sujetadores y bragas. Noté como un calor me subía hasta las mejillas.
Es una tontería que me ponga así, después de tanto tiempo. Después de lo de la otra noche. Pero no podía controlarlo.
- Oh...emmm...claro.- Harry recorrió rápidamente la habitación con sus ojos y después se acercó hacia una cómoda. Quitó de uno de los primeros cajones sus calzoncillos y los colocó solo en uno.- ¿Te sirve con un cajón o necesitas más?
- Uno está bien.- Guardé mi ropa dentro y lo cerré.
Ahora que ya había desempaquetado todas mis pertenencias ya no me quedaban más cosas con las que distraerme.
- Ben y yo vamos a ver una película...¿quieres verla con nosotros?
- Sí, claro.- Le sonreí, saliendo de la habitación. Cuanto menos tiempo pasara con él, a solas, mejor. No sé como iba a salir todo esto. Sigo creyendo que no ha sido una buena idea y sólo de pensar que dormiría con Harry, en la misma cama, me ponía mucho más nerviosa. Por un lado ya tenía ganas de que llegara la hora de dormir y poder estar con él, pero por otro, no. No quería meterme en la misma cama y tener que fingir que él no está ahí. No abrazarle. No tocarle.
- Están dando Saw VII en la tele, ¿vemos esta? - Preguntó Ben.
Harry se sentó en el sillón y yo me senté a su lado. Estuve a punto de decir que no quería ver esa película. Había visto la primera y me había parecido repugnante, pero no quería quejarme la primera noche que pasaba allí.
Durante gran parte de la película noté la mirada de Harry pendiente de mi. Yo intenté estar todo lo concentrada posible en la televisión y no caer en la tentación de mirarle.
-¡Dios, que asco! - Cogí uno de los almohadones que tenía al lado y me tapé la cara con el, cuando uno de los protagonistas se estaba sacando a si mismo una muela y después se colgaba unos ganchos en la piel de su pecho.
Harry y Ben se rieron ante mi reacción. Yo les pedí que me avisaran cuando esa parte terminara y así podía terminar de ver la película.

- Buenas noches, April.- Ben se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla. Después se digirió a su habitación.
Harry y yo nos levantamos a la vez del sillón. Yo fui detrás de él hasta la habitación y ambos nos pusimos el pijama.
- ¿Vas a dormir así?
- Sí, ¿qué tiene de malo? - Preguntó él.
Pues que vas a dormir en boxers. Sin camiseta. En mi misma cama. A mi lado. ¿Se puede saber cómo voy a hacer para poder concentrarme en dormir sin pensar que le tengo casi desnudo a pocos centímetro de mi cuerpo?
- Nada.- Mentí.
- Tú vas a dormir con eso.- Dijo señalando a mis pantalones rosas.
Mi subconsciente rió cuando Harry dijo eso. Los había llevado a propósito porque sabía que le gustaban.
- ¿Y?- Pregunté haciéndome la tonta.
- ¿Que son super hiper cortos? - Respondió Harry intentando ocultar su sonrisa pero sin quitar su vista de mi pijama.
- Hace calor en esta habitación.- Dijo girándome para ir a un lado de la cama.
Harry se puso al otro lado y nos tapó a ambos con la colcha blanca y gorda de plumas. Ambos nos quedamos en silencio. Harry tenía sus dos manos sobre el pecho entrelazadas y su mirada estaba fija en la pared de en frente. Yo recorrí rápidamente la habitación con mis ojos. Nunca antes me había fijado en su cuarto detenidamente, ya que la primera vez que estuve allí estaba demasiado borracha como para pensar en algo más que no fuera dormir, y la segunda, bueno, la segunda estaba demasiado ocupada en quitarle la ropa a Harry como para fijarme en algo más.
La habitación no era extremadamente grande, pero si amplia para tan solo una persona. No tenía decoración por la paredes, ni tampoco fotos o recuerdos sobre los estantes o los muebles. Encima de su mesilla había un libro y una lámpara de noche. En una de las esquinas había una guitarra.
- ¿Aprendiste a tocar la guitarra?
- ¿Eh? - Preguntó él como si estuviera inmerso en sus pensamientos y acabara de salir de ellos.
- La guitarra.- Dije señalando.- ¿Sabes tocar?
- Ummm.... algunos acordes, sí.
Estuve a punto de preguntar si había vuelto a cantar pero no me atreví. Era mi primera noche allí y lo último que quería era discutir o traerle malos recuerdos.
Harry me miró con esos ojos verdes y su rostro serio. Ambos en silencio, observándonos mutuamente. Cada una de sus facciones eran perfectas. Su mandíbula bien marcada. Su nuez. Sus ojos. Su nariz. Y sus labios. Esos labios en forma de corazón. Tan rosados. Tan suaves. Su pecho al descubierto, con esos pájaros y su mariposa. Esa mariposa. Estoy completamente segura de que veo ese mismo tatuaje en otra persona y me parecería horrendo. Bueno, en realidad, la primera vez que lo vi me pareció espantoso. Pero ahora la encontraba extremadamente sexy. ¿A qué persona en el mundo le quedaría bien una mariposa enorme en un torso tan espectacular? Solo a él.
Su pecho bajaba y subía más rápido de lo normal. Levanté la vista y sus ojos estaban pendientes de mis labios y antes de que pudiera reaccionar Harry se lanzó y me besó. Un beso fuerte y pasional. No opuse resistencia. Su boca se fue relajando hasta que su lengua lentamente, muy lentamente buscaba la mía. Con un simple movimiento Harry se colocó sobre mí. Ahora todo su cuerpo estaba sobre el mío. Un breve y agudo gemido escapó de mis labios al notarle. Mis manos fueron al rededor de su cuello. Sus labios no dejaban los míos ni un segundo. Yo empecé a dejarme llevar, quería dejarme llevar. Pero mis pensamientos me lo impidieron.
- Harry...- Intenté hablar. Mi respiración era agitada y descontrolada, igual que la suya.
Él se apartó, escaneando mi cara. Entonces se alejó de mi, colocándose en su posición anterior con el ceño fruncido.
- Lo siento.- Dije.
"¿Se puede saber cual es tu problema? Lo tenías todo para tí." Dijo mi subconsciente malhumorada.
- Tienes razón.- Dijo él pasando una mano por su pelo despeinado.- Dijimos de ser amigos. Siento haber hecho eso. Ni siquiera sé por que lo hice.
¿Qué? No. No quiero ser su amiga pero tampoco quiero que juegue conmigo. ¿Qué demonios quiere?
Iba a decir algo cuando se giró, dándome la espalda y apoyando su cabeza en la almohada.
- Buenas noches, April.- Dijo apagando la luz.
Yo me giré hacia el otro lado, sin decir nada más. Aunque mi corazón iba a mil por hora, y mi cabeza estaba llena de preguntas y pensamientos.




Ante todo decir que siempre leo los comentarios que me ponéis y siempre, siempre los contesto. Me encanta saber vuestra opinión y agradezco que me la digáis a través de comentarios lo que pensáis. He visto que a muchas os interesa que los demás chicos vuelvan a aparecer. Como ya he dicho, OS ASEGURO, que aparecerán. Todos y cada uno de ellos. Lo que pasa es que no puedo adelantar tanto la novela y quiero que aparezcan en el momento oportuno. Espero que lo entendáis y que seáis pacientes con ese tema. Yo intento escribir siempre que puedo pero también tengo clases a las que asistir, y exámenes que debo estudiar, así que si a veces tardo más tiempo en subir un capítulo la razón es esa. GRACIAS POR ENTENDERLO, POR LEER, Y POR SEGUIR AQUÍ, APOYÁNDOME.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Capítulo 84.

[NARRA APRIL]

El fin de semana pasó sin que yo lo aprovechara en lo más mínimo. Era la primera vez que iba a la universidad sin tenerlo todo organizado y los deberes hechos. Por suerte los profesores no te hacen caso y la mayoría no sabe ni tu nombre por la cantidad de alumnos que hay en una clase.
Cuando terminé, me comí un sandwich que me había preparado en casa, de camino al trabajo. Quería llegar pronto y hablar con Jacob, mi supervisor, para preguntarle si podía añadir más horas.
Tan solo me quedaban cuarenta y cinco minutos, y los lunes la cafetería no estaba muy llena, así que decidí ir a hablar con él.
- Podría ponerte una hora más pero la ganancia sería prácticamente la misma.
- No me serviría de nada, ¿no? - Pregunté decepcionada.
- No...solo te quitaría más tiempo para hacer otras cosas.
- Está bien, gracias por ser sincero conmigo.- Le intenté sonreír y volví al trabajo.
- Lo siento, April. - Se disculpó Jacob.
Volví al lado de mi compañera de trabajo.
- Te están esperando...- Me dijo Claire mirando hacia una de las esquinas.
Seguí su mirada hasta ver a Harry sentando y mirándome. Antes de ir hacia él, le preparé un café y fui directamente, para ahorrarme dos viajes.
Él sonrió cuando se lo dejé sobre la mesa.
- Hoy quería un té.- Dijo él mirándome evitando sonreír.
- Ahora te fastidias, y tomas el café.- Le di una sonrisa falsa y él se echó a reír.
Cuando me giré para ir detrás de la barra, Harry volvió a hablarme.
- ¿Qué tal tu fin de semana?
- Bien.- Mentí.
- ¿Has pensando en lo que te dije de ser amigos?
- Ya te he dicho lo que pienso sobre eso...- Evité mirarle a los ojos.
- ¿No puedes sentarte unos minutos?
- Estoy trabajando, Harry.
- Ya están todas las mesas atendidas, y sólo quedan quince minutos para que acabe tu horario.
- Tengo que limpiar las cosas que utilicé.- Dije sin ganas de tener una conversación o discusión con él.
- Está bien, esperaré a que acabes.
En cinco minutos ya tenía todo limpio y aún me quedaban diez antes de terminar mis horas exigidas. Empecé a limpiar las cosas de Claire. Quería sentirme ocupaba y evitar enfrentarme a Harry.
- ¡Ya son las seis!- Harry dijo efusivo detrás de la barra.
Me puse el abrigo y él me abrió la puerta para que saliese.
- Vamos. Te llevo.- Dijo dirigiéndose a su coche.
Yo no me negué. Me senté en el asiento del copiloto y esperé a que pusiera el coche en marcha.
- ¿Qué tal tu fin de semana? - Volvió a preguntar Harry.
- ¿Otra vez? Ya te dije, bien.- No estaba de ánimos para nada.
- Ahora quiero que me digas la verdad.- Yo miré hacia él, sorprendida porque se diera cuenta de que le estaba mintiendo, Harry siguió con la vista en la calle.
- Una mierda.- Admití al fin. No había hablado con nadie de la conversación que había tenido con mi padre y realmente me hacia falta desahogarme o que alguien me ayudara a encontrar una solución.- Mis padres me van a dejar de dar dinero , y tengo que encontrar una forma para poder pagarme el apartamento.
- ¿Por qué han hecho eso? - Su tono de voz era de incredulidad.
- Porque creen que estoy contigo y creo que piensan que acabaré volviendo a casa con ellos porque no encontraré otra forma de pagármelo por mi cuenta.- Yo estaba mirando hacia la ventana.
Pasaron unos cuantos minutos y Harry no había contestado. Le miré y pude comprobar que él se estaba aguantando para no soltar palabras acerca de mis padres que pudieran hacerme daño.
Paró el coche en frente de mi apartamento.
- ¿Cuando dejan de dártelo?
- A fin de mes.
- Joder, fin de mes es este viernes.
- Lo sé...- Abrí la puerta para bajarme del coche.- Gracias por traerme.- Se me hacia imposible mirarle y no recordar la noche que tuvimos. Había sido tan perfecta.
- April.- Harry me llamó. Yo volví a girarme y baje hasta la ventanilla para poder mirarle.- Yo te puedo dar el dinero.
- ¿Qué? - Su expresión era seria.- No quiero tu dinero, Harry.
- Ya sé que no lo quieres, pero yo no quiero que te quedes sin una cama donde poder dormir.- Le vi preocupado. Mi corazón dio un vuelco cuando le miré a los ojos. Estaba hablando seriamente y ver lo mucho que se preocupaba por mi, haciéndome creer que todavía tenía posibilidad de estar con él.
"Ya te dijo que no, deja de hacerte ilusiones", mi subconsciente me dio un golpe en el estómago.
- Piénsalo al menos.- Arrancó el coche y se fue.

Me sorprendí cuando entré en mi apartamento y me encontré con Niall dentro con algunas cajas con ropa de Pam. Él me miró sin saber que decir o como explicarse.
- Emmm...toma.- Niall me extendió una papel doblado.
Lo abrí un segundo para ver de que se trataba. Era una carta de Pam. La guardé en el bolsillo trasero de mi pantalón para leerla cuando estuviera sola.
- ¿Dónde está Pam?
- Está en clase.- Niall estaba más nervioso de lo normal.
- Esas son sus cosas, ¿te las vas a llevar?
- Ella me pidió que las viniera a buscar.- No era capaz de mirarme a los ojos.
- Está bien.- Dije sin más aunque no entendía porque necesitaba tanta ropa.- Oye Niall...
Él se giró cuando le llamé antes de salir por la puerta con sus cosas.
- ¿Tú estás bien?
Niall dejó las cajas en el suelo y me miró sorprendido por mi pregunta.
- Sí, ¿por qué?- Ahora sus ojos azules me miraban impacientes.
- Solo quería preguntar...no sabía que me encontraría a Harry y ahora se me hace un poco raro tenerte a ti y verle a él , pero no veros juntos.
- Las cosas han cambiado mucho desde que nos separamos. Por mi no te preocupes. Yo...bueno yo siempre quise estar en un grupo y no quise dejarlo pero no creo tener futuro como solista, así que ahora me dedico a dar clases de guitarra. Sobre los demás no sé mucho...- Su mirada fue hacia al suelo.
- ¿No has vuelto hablar con ninguno?- Pregunté un poco sorprendida y desilusionada.
- Verás April cuando nos separamos cada uno se fue por su lado. Al principio nos seguíamos llamando y viendo como estábamos. Harry nunca nos cogía el teléfono y no supimos nada de él. Cuando los demás vieron que no pintaban nada en Stafford, decidieron irse de allí. Yo me quedé por Pam. Y ahora cada uno hace su vida.- Su voz estaba llena de melancolía.
- Es una pena...- Mi voz  llena de sinceridad. Le miré a los ojos para que viera que le entendía y que sabía como se sentía.
- Sí. Me gustaría volver a reencontrarnos pero no sé si los demás estarán dispuestos.
- Si no arriesgas, no ganas...- Intenté animarle.
- Tienes razón.- Niall me sonrió.- ¿Podrías hacerme un favor? Si no es mucho pedir...
- Sí.
- Sé que tu y Pam estáis enfadadas y yo no pienso meterme en medio. Pero también sé que ahora te ves con Harry.- Iba a defenderme diciendo que no estaba con él pero por la manera en la que me miraba me demostraba que ni siquiera lo estaba insinuando.- ¿Podrías darle mi nuevo número de teléfono? No sé si querrá hablar conmigo pero si en algún momento quiere que nos veamos, yo no tendría ningún problema.- Niall sacó un bolígrafo y apunto su número de teléfono.
- Claro Niall, se lo daré.- Le sonreí.
- Y April, si necesitas algo, lo que sea, sabes que puedes contar conmigo.
Yo me acerqué a él y le di un abrazo. Niall siempre fue tan buena persona. Es genial poder estar rodeada de personas como él. Siempre alegre, siempre con ganas de vivir y mirando el lado positivo de todo y todos.
Él se fue y yo me tiré sobre la cama sacando el papel que me había entregado hace unos minutos, para poder leerlo.

Querida April:

Ante todo disculparme por ser tan cobarde de no darte esta carta en persona, pero no quería enfrentarme a ti. Imagino que te habrás encontrado a Niall empaquetando mis cosas. He decidido irme a vivir con él, al menos durante un tiempo. No soporto la tensión que hay entre tú y yo. No estoy cómoda viviendo ahí. Me da pena que tenga que irme y que no podamos hacer todas las cosas que habíamos planeado y soñado cuando éramos más pequeñas. Pero creo que las personas cambian y ya no pasamos tanto tiempo juntas como antes, me cuesta llegar a casa y tener ganas de compartir cosas contigo. No sé porque me ocurre eso y no tengo una buena explicación para darte. Pero espero que entre nosotras las cosas puedan estar como estuvieron. Sé que sientes que te fallé como amiga, y entiendo que ahora no quieres saber nada de mí. Entonces para hacerte las cosas más fáciles a ti y también a mi, he decidido marcharme. 
No te preocupes por el dinero porque yo seguiré pagando mi parte aunque no viva ahí ya que es algo que lo hemos hablado durante tanto tiempo que no sería justo que yo me fuera y que te dejará a ti y a Lizzy con toda las deudas. 
Para acabar decirte que aunque ahora no estemos en la mejor etapa de nuestra amistad, yo estaré aquí para todo lo que necesites. Si te sientes mal, necesitas a alguien con quien hablar o desahogarte, yo voy a estar ahí. No quiero que en ningún momento te sientas sola. Así que no dudes en llamarme si te ocurre algo.
P.D: Siento mucho que esté ocurriendo esto justo ahora, cuando se suponía que era nuestro sueño hecho realidad.
                                                             Cuidate, Pam.

Unas cuantas lágrimas me cayeron por el rostro cuando terminé de leer la carta. No fue muy larga, ni muy expresiva. Se basaba principalmente en que ella se  mudaría con  Niall por la tensión que sentía entre nosotras. No me lo esperaba. No me lo esperaba en absoluto. Yo no quería que pasara esto. Y creo que es una decisión un poco exagerada. Sé que yo, estas semanas no le hice caso pero, ¿qué esperaba que hiciera cuando me sentía traicionada por todas las personas que me importaban?.
Lizzy interrumpió mis pensamientos cuando entró por la puerta de la habitación.
- He visto que las cosas de Pam no esaán en el baño.
- Se ha mudado con Niall.- Le informé de la última novedad.
- ¿Con Niall? ¿No van un poco rápido?- Dijo ella con una expresión que no entendí.
- Pam siempre se tomó muy en serio sus relaciones con los chicos. Además me dejó una carta explicándome que se sentía incómoda conmigo aquí.- Le resumí.
- ¡Ay que joderse!- No pude evitar echar una carcajada cuando dijo eso. Lo pronunció tal cual, lo pronunciaría Harry. Se nota que pasan tiempo juntos.- ¿Es ella la que se va, y la que se siente incómoda cuando fue ella quien creó toda esta situación por ocultarte la verdad sobre Harry y tus padres?
- Ya ves..- No quise entrar en esa conversación con Lizzy. No quería darle más vueltas a lo de Pam.
Cambié de tema explicándole que quizás iba a mudarme yo también. A buscar un sitió más barato para vivir. Le conté como estaba la situación con mis padres y que, a no ser que consiguiera un trabajo esta semana, en el que me pagaran lo suficiente, no podría continuar viviendo aquí.
- ¡Dios que asco de situación!
- Dímelo a mi...
- ¿No hay manera de que te quedes?- Preguntó ella con esperanza.
- No creo...ni siquiera reuní el dinero suficiente para comprarme un coche, que también lo necesito. Y ahora tengo que preocuparme por encontrar otro trabajo o, encontrar otro sitio donde vivir.
- Qué injusto me parece todo lo que estás pasando, April.- Ella  me miró con compasión.
- Yo solo te aviso para que intentes encontrar otras compañeras de piso. Me hubiese gustado poder avisarte con más tiempo pero mi padre me dijo esto el fin de semana y tampoco me deja a mi mucho tiempo de margen...
- Espero que te puedas quedar aquí y si no es así, espero que sigamos viéndonos. Ya sabes que yo te molestaré para que vengas a las fiestas de la casa de fraternidad que tanto te gustan.- Sonrío ella a sabiendas de lo que estaba diciendo.- Hablando de fiestas...
- No, no, no. Por favor no me preguntes.- Sabía exactamente lo que Lizzy quería saber.
- ¿Te fuiste con Harry, verdad? - Ella rió.- No lo niegues...desaparecisteis los dos al mismo tiempo. Ryan estuvo buscándote después por toda la casa de Jack.
- Sí me fui con él.- Me sentí culpable por haber dejado totalmente plantado a Ryan. ¿Debería llamarle para disculparme? Ni siquiera tengo su número de teléfono.
- ¡Te dije que le seguías gustando!
- No ha pasado nada...- Mentí
- Sí, ya, seguro.- Río ella entre dientes sabiendo perfectamente que no estaba diciendo la verdad.
Por suerte Lizzy no insistió ni pretendió que le contara lo ocurrido en el apartamento de Harry. Y fue algo que agradecí.

Al día siguiente cuando entré en clase de filmografía, me sorprendió ver a Harry. Creía que no volvería a las clases. El profesor nos pidió que hiciéramos dos redacciones sobre la fe, para entregar al final de la clase. Una debía ser la fe en relación a la película que habíamos visto para esta semana y la otra debía tratar de que significaba para nosotros ese mismo concepto.
El aula estaba prácticamente en silencio mientras cada uno de nosotros, pensaba como comenzar la redacción.
- ¿Has pensado lo que te he dicho? - Susurró Harry mirándome con sus ojos verdes.
Estaba muy guapo hoy. Sus rizos salían a los costados de su gorro azul. Llevaba una camiseta blanca,  americana y pantalones negros. Y sus botas marrones.

- Ya te lo he dicho, Harry. No quiero tu dinero. Gracias por preocuparte, pero no lo quiero.- Intenté concentrarme en comenzar a escribir en mi papel en blanco.
Harry se acercó más a mi y mi pulso se aceleró. Su olor llegó a mi y provocó un hormigueo en mi estómago.
- Entonces ven a vivir conmigo.- Sus palabras graves y su aliento tan cerca de mi piel, que me estremecí.
- ¿Q-qué?
- Ven a vivir conmigo, April.- Miré hacia él y estaba a poco centímetros de mi cara.
- Yo...no, no voy a ir a vivir contigo.- Tenía la boca seca.
- ¿Por qué no?- Harry elevó de más la voz y el profesor le llamó la atención, haciendo que él volviera a una posición normal.
- Porque es un locura.- Susurré
- ¿Y qué? Creí que eramos amigos...
Solté una carcajada.
- ¿Algo que quiera compartir, Señorita Ross? - Dijo el profesor provocó que toda la clase me miraba y prestara atención.
- No, lo siento.- Dije con la voz baja y tímida.
- ¿Y bien?- Harry volvió a susurrar.
- No puedo. No puedo estar en la misma casa que tú, día tras día, como si nada.
- Por favor, April.
- ¿Por qué quieres que vaya a vivir contigo?
- Porque sí.- Me respondió sin querer dar más explicaciones.
- Pues no.- Volví a intentar centrarme en la redacción.
Harry se dejó caer sobre la silla suspirando en alto y  dando golpecitos con su bolígrafo sobre la mesa.
- ¿Por qué te cuesta tanto intentar ser mi amiga? No entiendes que no quiero estar sin ti.- Harry no se dio por vencido.

¿Y por qué él no intentaba ser algo más que mi amigo?

- Pues como amiga te digo, que no va a salir bien.
- ¿Te acuerdas del ataque de asma que me dio?- Él volvió a acercarse a mi para que el resto de la clase no pudiera escucharnos. Yo asentí con la cabeza sin dejar de mirar mi folio.- Si tu duermes conmigo, no me ocurre.
- ¡Venga ya! - Dije en alto, no podía creer que me estuviera chantajeando de esa manera.
- Señorita Ross, si quiere resolver algo con Styles, ambos pueden salir a fuera y aclarar sus asuntos.
- Lo siento.- Volví a decir notando mis mejillas enrojecidas.- Eres un mentiroso, Harry Styles.- Dije susurrando.
- ¡No es mentira!- Se defendió él.
- El otro día dormí contigo y tuviste un ataque.
- Pero eso fue porque no estabas en la cama, porque creí que te habías ido.- Le miré a los ojos y me estaba mirando fijamente, con toda la sinceridad posible.- Al menos quédate hasta que encuentres otro sitio. Yo te ayudaré a buscar otro apartamento y hasta entonces te quedas en el mío. Además yo no vivo sólo.
- ¿A no?- Mis palabras salieron más rápido de lo que quería.
- No.
¿Acaso tenía una novia sobre la cual yo no tenía idea de su existencia?
- Ben vive conmigo. El hombre que te encontraste en el ascensor.- Mis temores desaparecieron cuando se explicó.- Al menos piénsalo. Tienes hasta el viernes.